El vicepresidente brasileño, Hamilton Mourao, dijo el miércoles que una sequía severa podría provocar un racionamiento de energía en Brasil, contradiciendo a otros funcionarios que han dicho que tal paso no sería necesario.
Brasil, una de las superpotencias agrícolas del mundo, está sufriendo una de sus peores sequías en un siglo. La falta de lluvias ha vaciado los embalses hidroeléctricos, avivado la inflación y perjudicado a los agricultores. El gobierno ha dado incentivos para usar menos energía, pero dice que no se espera un racionamiento.
“Puede que tenga que haber algún racionamiento”, dijo Mourao a los periodistas en Brasilia, aunque dijo que el gobierno había tomado las medidas necesarias para evitar apagones.
El ministro de Minas y Energía de Brasil, Bento Albuquerque, dijo el martes que la crisis energética del país era peor de lo que se pensaba. En un discurso nacional televisado, Albuquerque dijo que Brasil había perdido una producción hidroeléctrica igual a la energía consumida por la ciudad de Río de Janeiro, la segunda más grande de Brasil, en cinco meses.
El martes por separado, el ministerio anunció que volvería a subir los precios de la energía, y los consumidores afectados pagarían en promedio un 6,78% más por la electricidad a partir del 1 de septiembre.
El panorama meteorológico sigue siendo sombrío para Brasil. Es probable que las precipitaciones en las regiones productoras de energía se mantengan muy por debajo del promedio en septiembre, dijo la semana pasada el operador de red nacional ONS.
