Por Claudia Posada
Según WWF, la mayor organización internacional independiente dedicada a la conservación de la naturaleza y el medio ambiente: “El cambio climático es el mayor desafío ambiental al que se ha enfrentado el mundo, pero podemos hacer algo al respecto”. Parece indiscutible, aunque haya personajes de la esfera mundial que desestiman la realidad confirmada por otros: Se han incrementado las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) con la consiguiente elevación de la temperatura de la Tierra. Y son actividades humanas las causantes de lo que estamos enfrentando.
Asociado a la llegada de la Revolución Industrial, aparecieron la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón); por lo que al igual, con la devastación de los bosques y la ganadería intensiva, hoy se puede afirmar que paulatinamente y desde hace años, se están produciendo serias afectaciones ambientales: Alteraciones en los sistemas ecológicos; deforestación, derrames ocasionados en los procesos de excavación que suscitan perjuicios a la salud, a los terrenos (por agricultura altamente comercial) y afectación a los animales; se presentan erosiones de los suelos, entre otros, lo que finalmente produce el impacto ambiental del que resultan GEI.
Por el aumento de la temperatura del Planeta emergen fenómenos que no pueden pasar inadvertidos: se derriten los polos, sube el nivel del mar (afectando a poblaciones costeras y a sus pobladores), la agricultura sufre y trae consecuencias que ya vemos al peligrar la seguridad alimentaria. Los cambios climáticos -fríos intensos o calores insoportables- como paradojas impredecibles, son cada vez más intensas.
En Colombia, como uno de los países más vulnerables al cambio climático, estamos quedados en las medidas para mitigar sus consecuencias; ponernos en la tónica debida, lo que incluye marchar por caminos de armonía con la Naturaleza, no es cuestión de ideologías o caprichos de los gobernantes de turno. Se trata del acceso pleno al agua e implementar el saneamiento básico adecuado con cobertura al cien; atención en salud implementando los recursos de infraestructura y supliendo los vacíos en cuanto al recurso humano; lo mismo que asumir de una vez por todas los planes que garanticen seguridad alimentaria para grupos en riesgo.
¿Por qué Colombia es vulnerable al cambio climático? El Índice ND-GAIN es el programa Iniciativa de Adaptación Global promovido por la Universidad de Notre Dame. Los científicos de ND-GAIN han calculado que las personas que viven en los países menos desarrollados tienen 10 veces más probabilidades de verse afectados por un desastre climático, que las personas que viven en países ricos.
En Colombia son evidentes las brechas entre ricos y pobres, por lo que pareciera que son dos países en uno; así que pensemos cómo cerrar las distancias socioeconómicas tan profundas y trabajemos por una nación menos desigual proponiendo más, discriminando menos, y democratizando las oportunidades para la Educación y el Empleo, esto es desarrollo. Entre tanto, por ejemplo, sería grandioso que empresarios e industriales de los sectores más poderosos, inviertan más en tecnología que modernice los procesos productivos para que sean amables con el medio ambiente; es decir, para disminuir los daños que influyen en el calentamiento global. Hay que reducir los GEI; también necesitamos acciones mancomunadas para la gestión público-privada que, en determinado momento, contrarreste los embates de un desastre climático.
Es cuestión de entender que en el Planeta cabemos todos, a todos nos pertenece; el mundo nos cobija por parejo. Sintámonos capaces de poner un poco de lo mejor que nos ha tocado en la repartición de beneficios, complacientes con la Naturaleza. El calentamiento global puede contenerse y los desastres climáticos pueden enfrentarse.
