Por: Carlos Andrés Echavarría Blandón
El gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, presentó un informe en el Congreso en donde expreso que en los próximos 2 años la inflación en el país llegará al objetivo del 3%
Esa información que podría ser gratificante para el ciudadano del común, ya que la inflación bajaría del 13% al 3% en solo dos años, no es tan buena noticia para el gobierno de Gustavo Petro porque la inversión interna se ralentizaría durante el próximo bienio y disminuiría también la recaudación de impuestos.
La inflación es un impuesto no regulado que afecta principalmente a las personas con menos ingresos debido a la perdida continua del poder adquisitivo del dinero. Pero, al mismo tiempo, altas inflaciones significan más recolección de impuestos en valor bruto para el Estado en el corto plazo. Por ello, por mucho que diga Petro y su séquito de la Colombia Humana que la inflación es mala, para ellos en el poder significa más recursos para destinar supuestamente a planes sociales para ayudar precisamente a las personas que se están afectando por una alta inflación lo que se traducirá en el futuro cercano en votos para los candidatos de izquierda.
Dentro de las medidas que tiene el Banco de la República para frenar la escalada alcista del precio de los productos, es encareciendo el dinero y lo hace por medio de aumentar las tasas de interés, hoy en el 13.25%. Entre más caro sea un bien, las personas se abstienen de usarlo y allí comienza un desincentivo para malgastarlo. Sin personas dispuestas a comprar, sino que racionalizan su gasto, los costos se estabilizan o incluso comienzan a bajar. Ejemplo claro es el costo de la canasta básica de alimentos; en país donde 1 de cada 4 personas solo puede comer una o dos veces al día, los productos empiezan a ser abundantes y los productores rebajan los precios para evitar incurrir en pérdidas.
A manera de comentario, la situación de los ciudadanos del país es tan crítica que no tienen ni para comprar comida, por esa razón, los precios bajaron y no fue gracias al maravilloso desempeño del presidente como afirman los paniaguados.
Con altas tasas de interés, los nuevos emprendimientos que renten por debajo del costo del dinero, dejan de ser viables y así se acelera el desempleo. Pero, si el Banco de la República baja las tasas de interés antes de llegar a cumplir el objetivo, envía una falsa señal de que la situación del país es próspera y la inflación se descontrola nuevamente al alza.
Si aumenta el desempleo, el presidente Petro presionará al Banco para que baje las tasas de interés y fomentar la inversión, incluso, eso ya está sucediendo con los lugartenientes de la Colombia Humana, pero, si el Banco cede, la inflación de dos dígitos o cercana a ese valor comenzaría a ser orgánica y se perdería completamente la posibilidad de llegar a la meta del 3% en los próximos años.
Esa pelea será para alquilar balcón, el Banco cede y la inflación continuará galopante o el Banco se mantiene en su obligación y llegará una crisis de empleo durante los próximos años. En ambos casos Petro siempre criticará la medida tomada y buscará por todos los modos posibles tomar el control y acabar con la independencia del Banco de la República.
Los comunistas son de manual y uno de los puntos del decálogo del Manifiesto del Partido Comunista (1848) de Karl Marx es el control total del sistema bancario. Para llegar a ese objetivo soñado, no puede existir una entidad independiente que controle el dinero dentro de la Colombia Humana.
