Por: Carlos Echavarría
En la última encuesta presentada por la firma Datum el pasado viernes, ante la pregunta, “Si mañana se realizan las elecciones presidenciales de segunda vuelta, por quién votará para elegir al presidente de la república: ¿Pedro Castillo o Keiko Fujimorí?”, dando como resultado que el 41% de los peruanos quieren a Castillo contra un 26% que desean a Fujimori.
Desde la primera encuesta presentada hace una semana, la intención de voto por Castillo se sostuvo en el 41%, pero la candidata Fujimori descendió del 31% al 26%, potenciando la posibilidad de que la extrema izquierda llegue al poder en el país hermano.
La tarea de ambos candidatos está en seducir al número de peruanos que dicen que votarán en blanco o que están indecisos, debido a que entre ambos suman un 33% del electorado, una cifra muy significativa que puede cambiar el movimiento del péndulo como lo pasado hace pocas semanas en el Ecuador, cuando el favorito de todas las encuestas, el candidato de izquierda Andrés Arauz, perdió contra el candadito de derecha Guillermo Lasso y no por un escaso margen.
Como era de esperarse, la elección del país traspasó las fronteras cuando un diputado boliviano de izquierda, Rolando Cuellar, dijo en contra de Fujimori, “Primeramente, la señora Keiko, ¿no sé a qué país se refiere?, ella no tiene moral”, lo que es un insulto a la persona y una clara intromisión en política en un país foráneo. Incluso cometió un error al desconocer la nacionalidad de la candidata cuando dijo, “yo creo que ella es la menos indicada para cuestionar, ella debería ir a presentarse candidata presidente al Japón y no al Perú”. Keiko Fujimori nació en el Perú, al igual que sus padres Alberto y Susana, que sea descendiente de inmigrantes japoneses de segunda y tercera generación, no la descalifica para ser una peruana con todos los derechos de nacimiento.
Por otro lado, la división de la población se hace cada vez más evidente, un ejemplo se presentó el pasado jueves, cuando el candidato Castillo fue a dirigir una mesa de trabajo en un barrio pudiente de Lima y al llegar fue expulsado en medio de manifestaciones, gritos e improperios en su contra. Lo que demuestra que la población con más recursos ve con mucho miedo la posibilidad de que Castillo llegue a la Casa de Pizarro, quien dijo que nacionalizaría prácticamente todo el esquema productivo del país cuando asuma el poder. Incluso, un contradictor férreo de Alberto y Keiko Fujimori como lo es el nobel Mario Vargas Llosa, pide a los peruanos votar por Keiko como el menor de los males.
Quedan varias semanas hasta el 2 de junio, fecha en el que se define si Perú continúa con el modelo que ha desarrollado al país en las últimas tres décadas o si prefiere un cambio hacia la izquierda radical promulgada por Castillo en su plan de gobierno.
