Tras las recientes discusiones en medios de comunicación y redes sociales sobre el contrato suscrito entre Saab y el Gobierno de Colombia para la adquisición de una nueva capacidad de superioridad aérea, la compañía sueca emitió un comunicado en el que entrega claridades sobre el alcance, las condiciones financieras y el proceso de negociación.
Saab explicó que sus decisiones se rigen por valores institucionales que han guiado a la empresa durante décadas. “Nuestros valores fundamentales de confianza, motivación y experiencia guían cada decisión que tomamos”, señaló la compañía, enfatizando que estos principios definen su forma de trabajar e innovar.
La empresa confirmó que el contrato contempla “la adquisición de 17 aviones, 15 Gripen E (monoplaza) y 2 Gripen F (biplaza)”, junto con sensores avanzados, radares de alta precisión, simuladores, armamento moderno, componentes, repuestos y sistemas de entrenamiento. Saab también aseguró que el acuerdo financiero protege las finanzas nacionales: “Colombia no pagará de inmediato; el esquema financiero distribuye los costos durante los siete años del proyecto”.
Uno de los puntos más sensibles del debate público ha sido la supuesta participación de terceros en la negociación. Saab fue enfática en desmentir esta versión: “No hubo participación de personas externas o intermediarios en el proceso”. Según la compañía, todas las gestiones se realizaron directamente con representantes oficiales del Gobierno colombiano, bajo acompañamiento del Gobierno de Suecia.
La firma recalcó que mantiene una política estricta en materia de integridad empresarial. “Tenemos tolerancia cero hacia la corrupción”, indicó, afirmando que sus procesos se ajustan a estándares de la OCDE y a auditorías internas y externas diseñadas para prevenir cualquier conducta indebida.
Saab también respondió a comparaciones realizadas en la opinión pública frente a los costos y alcances ofrecidos a otros países. Según explicó, sus contratos varían según los requerimientos específicos de cada Estado y, en el caso de Colombia, se trata de la primera adquisición de esta capacidad estratégica. “Nuestras ofertas a distintos países no son comparables ya que son sustancialmente diferentes”, precisó.
Además del componente militar, el contrato incluye un paquete de cooperación industrial para impulsar el desarrollo económico y tecnológico del país. Entre los compromisos se encuentran una planta de producción de paneles solares en el Caribe, proyectos de suministro de agua potable y desalinización para La Guajira, así como avances en salud y capacidades en aeronáutica y ciberseguridad para la Fuerza Aeroespacial Colombiana.
Saab cerró reiterando su compromiso con el país y con los estándares internacionales de transparencia, afirmando que su intención es entregar una “solución completa y de vanguardia” que fortalezca la defensa y contribuya al desarrollo tecnológico nacional.
