viernes, marzo 29, 2024
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Referendo y educación

Por: María del Rosario Guerra

Una de las banderas del Centro Democrático ha sido asegurar la cobertura y la calidad de la educación para nuestros niños, niñas y jóvenes. Respondiendo a esa necesidad, el referendo constitucional que propone nuestra bancada, en cabeza del expresidente Álvaro Uribe, en uno de sus puntos, busca garantizar el acceso, sin restricción, y la gratuidad de la educación prescolar, básica y media; así como mejorar la calidad del sistema para subir el nivel y las competencias de nuestros estudiantes.

En esa línea quiero explicar la propuesta que presentamos para debate frente a esta materia. Nuestro objetivo es garantizar el acceso a un servicio público esencial como es la educación y poner fin a la brecha de calidad en el sistema educativo que tiene nuestro país. No disponer de recursos económicos no puede ser excusa para limitar el acceso a la educación prescolar, básica y media. Para lograrlo proponemos la gratuidad para estudiantes de hogares en condición de pobreza y vulnerabilidad que accedan tanto a instituciones educativas oficiales como privadas, en concesión o del sector solidario. Ello a través de un bono que se le entregaría a la institución educativa que recibe al estudiante. Con lo cual no sólo estamos potenciando la importante decisión que deben adoptar los padres de familia de escoger el colegio que quieren para sus hijos, sino contribuyendo a dar igualdad de oportunidades a nuestros estudiantes.

Otro de los objetivos de la propuesta es mejorar la formación académica y el entorno educativo de los niños y jóvenes que les pueden brindar muchas instituciones educativas privadas o del sector solidario.  A ello se suma la urgencia de frenar los abusos impuestos por Fecode, que tanto daño le ha hecho a la calidad educativa y al ambiente escolar. Muchos de los afiliados a Fecode no sólo abusan llevando sus posiciones políticas al aula de clase, sino que anteponen sus intereses gremiales a las exigencias de mayor dedicación a los alumnos, rigurosidad en las jornadas académicas y planes de estudio, preparación y actualización, y contribución para reafirmar valores cívicos y morales de los educandos.
Pero si bien hay excesos de las directivas y muchos afiliados a Fecode, que se alejaron del fin del buen maestro que es dar ejemplo con su vida y contribuir a generar gusto y pasión por el conocimiento en sus educandos, también es cierto que hay extraordinarios maestros, en especial aquellos ubicados en zonas rurales y apartadas quienes, con muy pocas ayudas, pero gran compromiso, logran lo mejor de sus estudiantes. Para ellos mi reconocimiento.

El grueso de los estudiantes de nuestro país, 7.8 millones que equivale al 78% de la matricula, está en las instituciones oficiales. En Colombia hay 59.052 sedes educativas, de las cuales 39.446 están en la ruralidad y 19.606 más en la zona urbana. Para 2019, el número de docentes, según el Dane, era de 488.537, de los cuales 321.344 (71%) están vinculados a instituciones públicas y 132.524 (29%) a instituciones privadas.

Una de las maneras como se mide la calidad educativa es a través de las pruebas Saber, que permiten también comparaciones internacionales. Y es motivo de preocupación la gran brecha en los resultados de las pruebas Saber en sus cuatro niveles, donde los resultados de los estudiantes de instituciones educativas oficiales han estado muy por debajo de los de colegios privados.

Para el año 2017, los resultados de las pruebas saber 3°, 5° y 9° son muy reveladores. Mientras que, en la prueba de lenguaje, el 32% de los estudiantes de grado 5° en instituciones privadas obtuvieron un nivel avanzado, tan solo el 11% de los estudiantes de instituciones urbanas y el 7% en instituciones rurales oficiales obtuvieron dicha distinción. En cuanto a los resultados en las pruebas de matemáticas, la situación es más preocupante, ya que solo el 9% de los estudiantes de instituciones urbanas y el 7% de estudiantes en instituciones rurales oficiales se localizaron en el nivel avanzado, mientras que el 27% de los estudiantes de colegios privados obtuvieron dicho nivel. La situación se repite en los resultados de las pruebas Saber para los grados 3° y 9°, en donde sigue siendo evidente la brecha en los resultados obtenidos por estudiantes dependiendo de la institución.

Del mismo modo, vale la pena resaltar los resultados reportados en las pruebas Saber 11 de 2019, donde se reconocen importantes diferencias en la puntuación entre estudiantes de instituciones privadas y oficiales. Por ejemplo, en la categoría de Matemáticas se evidencia una diferencia en el puntaje promedio de 4.7 puntos. El de las instituciones privadas fue de 54.2 mientras que el puntaje promedio para estudiantes en colegios oficiales fue de 49.5, y si comparamos los resultados en inglés, la diferencia es de 8.4 puntos. Finalmente, al comparar el puntaje promedio global se encuentra una diferencia cercana a 25 puntos, reconociendo un desempeño más bajo en estudiantes de instituciones de educación públicas.

Son los hijos de los hogares en condición de pobreza y vulnerabilidad los que más requieren dedicación académica, acceso a la tecnología, oportunidades deportivas y culturales, doble titulación, segunda lengua, en síntesis, la mejor educación. Y el Gobierno Nacional que invierte un presupuesto cercano a los $40 billones al año para educación básica y media debe exigir calidad; pero lamentablemente no lo logra por las barreras que el más importante actor en el proceso de enseñanza que es el profesor no lo permite.

Entonces, ¿cuántos estudiantes se han visto afectados por las recurrentes suspensiones de clase?, ¿cuántos docentes siguen devengando su salario completo, pese a que no cumplen con su labor por estar en manifestaciones y protestas?, ¿quién responde por el atraso académico y las clases pérdidas?… Hasta el momento, nadie, porque si bien Fecode es bueno para criticar y entorpecer mucho de lo que se hace para fortalecer el sector, lo que propone es el mejoramiento salarial de sus afiliados y que se le siga respetando su tiempo para dejar de asumir sus responsabilidades académicas y dedicarse al proselitismo político y la presión al gobierno de turno cuando no le da gabelas.

Sería muy bueno que los 270.000 docentes afiliados a Fecode cumplieran con su deber, y no seguir afectando el proceso de enseñanza – aprendizaje de tantos niños, niñas y jóvenes que anhelan estar sin interrupciones en las aulas, así sea como ahora desde la virtualidad.

La educación abre las oportunidades al conocimiento, a ser mejores ciudadanos, a una mayor productividad empresarial, a la movilidad social, en fin, es la llave para el desarrollo económico y social. Apoyemos la opción que planteamos en el referendo para que los padres y estudiantes puedan escoger la institución educativa libremente y el Estado financie esa decisión

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