viernes, mayo 16, 2025
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Realidad y ficción: Tragedia y denuncias tras la muerte de una residente de la Javeriana

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La reciente muerte de la médica residente Catalina Gutiérrez ha puesto en el ojo del huracán a la Universidad Javeriana y ha desatado una serie de denuncias sobre el trato que reciben los médicos residentes en Colombia. 

Gutiérrez, quien cursaba su primer año de residencia en cirugía general, decidió quitarse la vida el pasado 17 de julio, aparentemente debido a un contexto de acoso y maltrato por parte de sus profesores. 

Este trágico suceso ha revelado una realidad oscura y preocupante que afecta a muchos jóvenes médicos en el país.

Tras la muerte de Gutiérrez, la Universidad Javeriana emitió un comunicado en el que lamenta su fallecimiento y expresa sus condolencias a la familia, amigos y compañeros de la médica. Sin embargo, este mensaje ha sido ampliamente criticado por su falta de profundidad y por no abordar las serias denuncias de acoso y maltrato que han surgido a raíz de este suceso.

En el comunicado aclara que revisará e indagará con respecto a la existencia de situaciones que no estén en línea con su modo de proceder. 

“Sabemos que la formación médica es retadora y desafiante, y que en algunos casos implica mucho estrés y presión por las responsabilidades que conlleva, por ello, escucharemos y revisaremos todo lo que la comunidad pueda aportar y sugerir para seguir implementando todas las medidas que correspondan como Facultad y como Universidad”, concluyó en el documento.

Una realidad reflejada en la ficción

La situación de los médicos residentes en Colombia recuerda escenas de series de televisión como «Dr. House», «Grey’s Anatomy» o la novela colombiana «A Corazón Abierto». 

Estas producciones han mostrado a menudo a residentes sometidos a largos turnos, menospreciados por sus superiores y víctimas de acoso laboral o sexual. 

Aunque son ficciones, parece que la realidad de los residentes en Colombia no dista mucho de lo que se muestra en estas historias. Testimonios recientes de residentes de distintas universidades sugieren que el maltrato y el acoso no son casos aislados.

La pandemia de COVID-19 dejó una huella profunda en el sistema de salud, y los médicos han sido uno de los grupos más afectados. 

Muchos profesionales de la salud han reportado problemas de salud mental debido a la intensa presión laboral y la falta de apoyo institucional o peor aún, casos de médicos que han decidido terminar con su vida no son desconocidos, y la tragedia de Catalina Gutiérrez es un doloroso recordatorio de esta crisis.

¿Una crisis sistémica?

La muerte de Catalina Gutiérrez podría ser solo la punta del iceberg de una crisis sistémica que afecta a los residentes en Colombia. 

La respuesta tenue de la Universidad Javeriana y la falta de acciones concretas para abordar las denuncias de acoso y maltrato reflejan una problemática que requiere atención urgente. 

Este caso debe servir como un llamado a la acción para mejorar las condiciones de trabajo de los residentes, garantizar un ambiente de aprendizaje seguro y respetuoso, y brindar el apoyo necesario para que puedan desarrollar su carrera profesional sin ser víctimas de maltrato o acoso. 

La presidenta de la Asociación Nacional de Internos y Residentes (ANIR), la doctora Cindy Viviana Rodríguez, ha sido una de las voces más activas en denunciar la situación de maltrato que viven muchos residentes en Colombia.  

Según dijo Rodríguez en otro medio de comunicación «hemos recibido casos muy crueles y alarmantes», quien mencionó que en solo dos días la ANIR ha recibido más de 20 denuncias de diferentes ciudades del país.

“Tenemos tanto residentes activos como médicos ya especialistas egresados, que dicen que ellos pueden hablar ya sin el miedo, pues sin que les puedan tener en cuenta para sus calificaciones, para me parece que lo que está pasando con el caso de Catalina es que se quitaron un poquito los miedos y están saliendo a hacer denuncias públicas”, mencionó.

Rodríguez señaló que el problema del maltrato hacia los residentes es una cuestión cultural que se ha perpetuado en el tiempo.

“Es una cultura jerárquica y muy violenta. Profesores mayores suelen decir que ellos soportaron peores condiciones, como turnos de 72 horas sin descanso, y esperan que las nuevas generaciones pasen por lo mismo”, afirma Rodríguez.

Esta mentalidad, según Rodríguez, es la que ha llevado a situaciones de abuso que incluyen desde insultos y empujones hasta la negación de derechos básicos, como el de descansar adecuadamente o recibir un trato humano.

Entre los testimonios recibidos por la ANIR, uno de los más conmovedores fue el de una residente embarazada a quien se le impidió dirigirse al área de partos hasta finalizar su turno, a pesar de haber iniciado su trabajo de parto.

«Esto no debería suceder. Nunca estuvo bien tener cinco días seguidos de turno sin dormir, es un riesgo para uno y para los pacientes», afirmó Rodríguez, destacando la gravedad de la situación.

Denuncias y represalias

Uno de los principales obstáculos para que los residentes denuncien es el miedo a las represalias. Rodríguez compartió su propia experiencia, donde al testificar en un caso de maltrato, ella misma fue castigada al no permitirle realizar procedimientos ni historias clínicas durante un mes de rotación.

 Ante esta situación, la representante de ANIR exigió una acción conjunta del Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud para establecer una ruta clara que proteja a los residentes.

El estrés y la presión a la que están sometidos los residentes tiene graves consecuencias en su salud mental. Estudios recientes indican que hasta un 40% de los residentes sufren de burnout o síndrome del quemado, y un porcentaje significativo está medicado por trastornos de ansiedad y depresión.

Otro testimonio conocido recientemente fue el de Carlos Jaramillo, reconocido médico colombiano. 

El profesional de la salud en un video que se ha hecho viral en redes sociales manifestó que la pasó tan mal en esos años de estudiante, que decidió no continuar, puesto que los maltratos y abusos que tuvo que vivir fueron demasiados.

“Es demasiado aterrador. No es solamente un estudiante. En honor a ella (Catalina) hago este video, en honor a ella cuento cómo esa gente acaba con los sueños de una persona, cómo esa gente los hace sistemáticamente”, expresó, visiblemente afectado.

Luego, sentenció: “Esto ocurrió en las narices de ellos, por culpa de ellos, ellos permiten, lo hacen, pertenecen a esta escala. Es algo que viene siendo así desde hace muchos años. Siempre ha sido normal que a los residentes los maltraten, los atropellen, los acaben. Como te dicen a ti desde el primer día: ‘Hermano. Esto es un tema de aguantar’”.

Políticas gubernamentales y la falta de apoyo

El gobierno de Iván Duque fue el único en ofrecer algún apoyo económico a los residentes, incrementando los recursos destinados a este grupo. 

La Ley de Residentes respaldó la remuneración a los profesionales. Se expidió la Resolución 1872 de 2019 con la cual los estudiantes de postgrados clínicos serán beneficiados con el pago de tres salarios mínimos legales mensuales vigentes. 

Sin embargo, el gobierno actual de Gustavo Petro ha dejado entrever ajustes que han sido recibidos con escepticismo y preocupación por parte de los médicos. 

La reforma a la salud impulsada por Petro ha sido calificada de nefasta por muchos profesionales, quienes temen que las condiciones laborales y los recursos destinados a los residentes y médicos empeoren aún más.

Finalmente, los cuestionamientos que quedan es hasta dónde se deben recibir malos tratos para obtener un título, se deben aceptar este tipo de tratos en las diferentes universidades, qué va a hacer el gobierno e instituciones para cambiar estos tratos, los sueños les debe costar la vida a los profesionales, entre otros.

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