Por Álvaro Ramírez González
De la misma manera que un ser vivo empieza a morir, justo en el momento de nacer, un gobierno empieza a caer, el día de su llegada. Pero no a todos les ocurre igual. Hay gobernantes que inspiran más confianza y con su manera de proceder y manejar las situaciones y resolver los problemas, se conectan mejor con el pueblo gobernado, que otros.
Hoy, el medio país que no votó por Gustavo Petro, y muchos miles de los que si votaron por él, se preguntan, ¿cómo vamos a derrotar a Gustavo Petro? Hay muchas maneras de empezar, pero atentos, que él va a hacer todo lo posible por dejar a un pupilo suyo. No tengan duda. Pondrá toda su maquinaria y el presupuesto nacional en ese empeño.
El camino más claro para derrotar a Petro empieza por mirar, donde fue muy alta su votación. Y se encuentra uno con una clara coincidencia. Bogotá, Medellín y Cali, fueron las claves en el triunfo de Petro y sus tres alcaldes, Claudia López, Daniel Quintero y Jorge Iván Ospina, fueron sin la menor duda sus grandes electores.
Tan claro eso que Daniel Quintero estuvo sancionado y separado del cargo de alcalde de Medellín por 45 días por su descarada intervención en política, que llegó al extremo de desmantelar todo su gabinete para poner esos ejecutivos al servicio de la campaña Petro.
Pero existe una gran debilidad en los tres alcaldes. Su gestión tiene el denominador común de la mediocridad, la politiquería, y la falta de efectividad. Bogotá, Medellín y Cali lucen hoy mucho más mal que como lucían con sus anteriores alcaldes.
Cali quedó arrasada con el paro terrorista de Petro y que apoyó incondicionalmente Jorge Iván Ospina. Son tan descarados, que toda la Primera Línea de esa jornada de destrucción, tiene hoy contrato con la Alcaldía de Cali. Quintero en Medellín, lo peor.
Llegó a dividir la sociedad paisa y a vender la lucha de clases. Su mano perversa ha hecho estragos en EPM, y por poco quiebra Hidroituango. Hoy el presupuesto municipal de Medellín se agotó sin obras que lo justifiquen. Y Quintero anda buscando dinero de vigencias futuras para seguir su fiesta de derroche y de mala contratación.
Y Bogotá hoy está invadida de caos y violencia. ¿Pero como no estarlo, si Claudia López se puso a favor de marchantes y vándalos y contra el ESMAD y la Policía? Los portales de Las Américas y de Usme, llegaron con Claudia López. Son dos enclaves terroristas poderosísimos, desde donde se dirige el terrorismo y la desbocada violencia en Bogotá.
Los tres alcaldes lo han hecho mal. ¡Muy mal! La clase dirigente y los partidos políticos tradicionales de las tres localidades andan empeñados en corregir y elegir allí, unos nuevos alcaldes, profesionales y competentes. Por allí hay que empezar a derrotar a Petro.
De paso, Claudia López y Daniel Quintero tienen aspiraciones presidenciales y ambos gobiernan para ese propósito más que para el bienestar de quienes que los eligieron. Todo ese mal desempeño los ha debilitado naturalmente frente a los electores en esas tres ciudades. Pero al menos en Bogotá y Medellín, la arrogancia y la división, le pavimentó la llegada a Claudia López y a Quintero. Por ahí se empieza a derrotar a Petro.
Derrotando a sus poderosos electores. Por ahí es el camino.
