Por: Henri Temple*
Según el New York Times o la CNN –y sus cotorras francesas– todo el daño vendría de los blancos (¡especialmente de los adultos!), así como de los supremacistas blancos y, nuevamente, de la policía blanca. Además, en Canadá, los medios de comunicación de izquierda (La Presse, L’Actualité) revelan de manera complaciente las demandas apremiantes de las “organizaciones de derechos humanos” a Justin Trudeau para “proponer un plan para desmantelar los grupos supremacistas blancos”.
Sin embargo, un reportero gráfico estadounidense, Jeremy Lee Quinn, acaba de revelar, con el apoyo de videos y fotos, que los alborotadores o supuestos contra-alborotadores, disfrazados de Ku Klux Klan, son en realidad anarquistas del Bloque Negro (Black Blocks). Y lo que es peor para el pensamiento único estadounidense, el New York Times finalmente ha descubierto que son los anarquistas quienes están destruyendo las ciudades americanas. Después de la muerte de George Floyd, el reportero siguió y cubrió los disturbios y, en lugar de ver supremacistas blancos, descubrió a anarquistas violentos de izquierda extremadamente organizados. Por ejemplo, Quinn filmó, e incluso el NYT afirma haber visto, durante las escenas de saqueos, grupos de hombres completamente vestidos de negro parados cerca como supervisores. El reportero fotográfico dice que ha notado la presencia de esos hombres blancos vestidos de negro en muchos teatros de violencia urbana. Durante un tiempo, Quinn pensó que eran provocadores blancos, partidarios de Trump, que intentaban filmar las protestas de Black Lives Matter desde una perspectiva negativa.
Pero, después de infiltrar esos grupos, descubrió que éstos eran grupos de matones, verdaderos creyentes en el anarquismo insurreccional. Quinn acompañó, durante cuatro meses, a esos Black Blocs en media docena de ciudades (Washington, Portland, Seattle, Louisville, etc). A pesar de cierta simpatía inicial por la tesis de moda sobre una “sociedad sin jerarquía” (sic), él se sentía cada vez más incómodo, temiendo que esas tácticas llevarían a la reelección de Trump. Más grave, Quinn le dijo al NYT que esos vándalos tienen una estrategia planificada. El NYT citó otras fuentes que corroboran esa percepción de los disturbios, como un informe de investigadores de Rutgers (una universidad de Nueva Jersey, conocida en el campo de la sociología y las ciencias políticas) que muestra el papel, en las redes sociales, en tiempo real, de esos anarco-socialistas que vienen a envenenar la parte final de las manifestaciones pacíficas y que ahora son seguidos por cientos de miles.
Posteriormente, el periodista americano se pierde en los intentos de reflexionar sobre la posibilidad o “deseabilidad” del tipo de sociedad que reivindican esos Black Blocks. Y el discurso se vuelve indigente (el impacto de las fotos no coincide con el peso de las palabras), incluso cuando el NYT pide el rescate de una profesora de Rutgers que era de izquierda y ha pasado a la derecha. Y, sobre todo, no plantea la verdadera pregunta (que se aplica tanto a Estados Unidos como a Francia): ¿de dónde viene el dinero para esos grupos de agitadores violentos, cuál es su propósito real? Y, más aún, ¿a quién le interesa dejarlos actuar de esa manera?
*Henri Temple es universitario, jurista-economista, experto internacional y polemista.
Publicación original en francés:
USA : qui est derrière les scènes de pillages et d’émeutes ?
Traducido por Colombian News
