Por Mauricio Morales
Los movimientos de inclusión, las ideologías de género como los LGBTIQ+ y el movimiento abortista; cada vez que triunfan políticamente, ya sea mediante referendos, plebiscitos, o con el apoyo de cortes de magistrados corruptos que fungen como defensores de derechos; siempre terminarán teniendo consecuencias sobre la carga fiscal del país y en última instancia por supuesto, sobre su bolsillo.
De eso se trata el triunfo de ellos, ya que para defender “derechos positivos” como: (Derecho al aborto, a la identidad de género, derechos de inclusión, a la igualdad etc.), que son llamados positivos porque en ellos el Estado siempre tiene que moverse, invertir dinero, tiene que agrandar el aparato burocrático y tiene que tomar acción, por eso son “positivos”
A diferencia de los derechos negativos, como la vida o la libertad, por ejemplo, donde el Estado sólo tiene que reconocerlos y donde no tiene que destinar grandes cantidades de dinero y por eso son negativos, porque el Estado allí no tiene que hacer nada para que sean garantizados, ni para que existan.
Todo lo anterior explica por qué las izquierdas nunca hablan del derecho a la vida, ni a la propiedad privada, ni a la libertad.
Entonces señor lector, debe recordar que dicho dinero para “garantizar derechos positivos” no proviene de los bolsillos de la casta política; no, así no funciona.
Todo ese dinero proviene de sus bolsillos y usted como ciudadano estaría en el mediano plazo, después del reconocimiento de aquellos derechos positivos, financiando clínicas abortistas o políticas que aumentan la presencia femenina en el Estado.
Acrecentando el aparato burocrático, políticas como la ley cremallera, donde la mitad de funcionarios por razones que nunca han explicado bien las izquierdas, tienen que ser mujeres comprometiendo la idoneidad y eficiencia de la función pública, donde las leyes de defensa de los derechos de mujeres biológicas, u hombres o mujeres trans, colectivos de gais, lesbianas etc., siempre terminan con la apertura de alguna oficina gubernamental, donde ingentes cantidades de dinero se gastan para garantizar éstos “derechos humanos”.
Pero frente a ésto, si usted es un verdadero ciudadano por convicción y por orientación de derecha; debe saber que es poco lo que puede hacer frente a evitar que exista el aborto o la diversidad de género en su país, ya que en esa instancia la discusión ya se agotó.
Todo ésto ya es un fenómeno mundial y muy bien orquestado y financiado por ONG inmorales como la Open Society Foundation, o entidades como la Planned Parenhood, muy cercana a la anterior, encargadas de crear una masiva Industria del aborto a nivel global y de hacer crecer el Estado y en consecuencia sus gastos.
Así que ellos, son los directamente beneficiarios que ganarán millones con su industria abortista y con sus ONG, razón por la cual, con su lobby de género y de abortos, están masivamente despenalizando prácticas otrora ilegales en todo el mundo, prácticas de eliminación de seres humanos en gestación y donde se está aumentando drásticamente la burocracia relacionada con las ideologías que ellos defienden.
Así que éstas acciones criminales como el aborto, desafortunadamente para usted, están saliendo de la órbita del castigo penal, control que siempre defendería una persona de derecha, que se caracteriza por proteger la vida, la iniciativa individual, la propiedad privada, la libertad, los derechos de autodefensa entre otros valores; y que entiende que el cuerpo humano es la primera propiedad privada que existe, y que es protegible así todavía se encuentre dentro del vientre de su madre.
En consecuencia, estimado amigo de derecha, si usted defiende esos principios y valores, tiene dos caminos: Uno, o nadar contra la corriente y seguir perdiendo en las urnas y en las cortes politizadas.
O dos; luchar para que con sus impuestos no se financien esas prácticas con las que usted no está moralmente de acuerdo. Más vale que se decante por ésta última.
El movimiento abortista por ejemplo acude al derecho superior de la mujer de decidir sobre su cuerpo, si este derecho existe, también claramente debería existir el del feto o del embrión, para que absolutamente nadie influya, afecte o destruya ese cuerpo.
Ya que la conciencia no es la que determina los derechos, la ciencia claramente ya demostró hasta la saciedad que un embrión o feto de un ser humano, obedece precisamente a la genética humana y como tal no se trata ni de una masa inerte, ni de un animal diferente a la especie Homo Sapiens.
Así que en virtud de la igualdad de la persona humana ante la ley no habría razón para negarle su derecho a la vida, aunque este ser aún no sea consciente.
En consecuencia, por la vía biológica y científica las derechas en este debate no han planteado una opinión moral sino un hecho irrefutable y aunque ese debate las izquierdas estatistas ya lo han perdido.
Los abortistas en la práctica y en la realidad autoritariamente ya impusieron su voluntad, y lo seguirán haciendo con el financiamiento internacional a esas cortes politizadas y a parlamentos que reciben mucho dinero.
Cortes corruptas, que en algunos países como Colombia, o de movimientos igualmente financiados por las ONG’S progresistas en otros países, están imponiendo el derecho antinatural a lo que ellos llaman la “interrupción del embarazo” cuando en realidad se trata del asesinato del ser humano.
Y así mismo están imponiendo la voluntad de las grandes burocracias dependientes de las ideologías de género, y de minorías inconformes con su vida.
Sin embargo, contra todo este desastre moral, usted debe saber que tiene el derecho frente a todo lo que está sucediendo, de trazar unas líneas rojas.
Pero antes de saber cuáles son éstas líneas rojas, usted también debe saber que ellos plantean muy hábilmente y de manera estratégica que todo éstos son temas y problemas, eminentemente de “Salud Pública”
En consecuencia; si éste es un tema de salud pública, supera todo; incluso los temas morales y hasta los propios temas científicos, y ahí es donde intentan dominar la batalla cultural.
Desde organizaciones irresponsables como la OMS o la UNESCO se impone una vasta carga ideológica que pesa sobre los contribuyentes.
Ya lo vimos en la pandemia donde la OMS avanzó dictatorialmente sobre los derechos de movilidad en todo el mundo, por razones de “Salud Pública”
No obstante; cuando le hablen de lo público, ahí es cuando usted tiene que encender sus alarmas y trazar sus líneas rojas, porque “Salud Pública” significa que es una salud que usted y toda la ciudadanía están pagando.
Por su parte el movimiento feminista también acudió al dominio que por derecho debe tener la mujer de su cuerpo, para producir una respuesta gubernamental en materia de políticas públicas y de género, donde el Estado se obliga a cambiar la ley, a cambiar el nombre de los delitos, aumentar el gasto público, abriendo oficinas y dependencias con funcionarios femeninos orientados a promover ideologías de género.
Así que cuando triunfa jurídica y políticamente el movimiento abortista, o el movimiento feminista, o ganan una batalla, no sólo la ganan jurídica y políticamente, sino fundamentalmente en el plano económico.
Porque pueden afectar su bolsillo, la casta política irresponsable entra a perseguir y avanzar sobre sus impuestos.
Ya que las clínicas abortistas, las oficinas nuevas, los ministerios, las secretarías, las dependencias, los nuevos proyectos y programas en pro de aumentar la presencia femenina o de minorías en el Estado, nunca serán financiados por activistas, ni por los políticos que los promueven, ni por las ONG extranjeras, sino por usted.
No se le haga raro entonces que en Colombia el cuarto país con más altos impuestos a las empresas de la región, los empresarios del común para pagar mayoritariamente toda la revolución dizque “progresista” el 72% de sus utilidades vayan a las arcas del Estado, y ésta cifra irá en aumento.
Atentando contra el crecimiento y el empleo de los colombianos, si las posiciones de izquierda radical se siguen imponiendo, la salud pública y lo moral para usted más que un asunto político, se convertirán en un problema económico.
Entonces tenga precaución, estos temas son vendidos como asuntos personales, privados y que obedecen al fuero interno de cada cual, donde cada persona tiene libertad y derecho a elegir y donde el Estado no debe intervenir.
Pero ahí surge la doble moral, ya que, para financiarlos, las izquierdas, sus Lobbies, y sus mafias, son los primeros en exigir, promover y obligar a que el Estado tenga que hacerse cargo de políticas y gastos que nunca cambian la realidad.
Las muertes por aborto no se reducen, las minorías siguen sin movilidad social, las violencias contra la mujer continúan igual o peor, así que la realidad nunca la cambian, aquí definitivamente no hay progreso, y eso que se hacen llamar “progresistas”; ni tampoco hay desarrollo.
De tal manera que tenga cuidado con el engaño, y respecto a las consecuencias político-económicas de todo esto, no olvide que usted tiene todo el derecho a oponerse.
¿Para contrarrestar el fraude de las ideologías, por quién votar entonces?
En la presente contienda electoral colombiana donde se enfrenta la opción de ultraizquierda de Gustavo Petro, con la moderada del ingeniero Rodolfo Hernández; sepa primero que todo, que las dos posiciones están a favor del reconocimiento de los derechos de los LGBTIQ+ mientras que Rodolfo Hernández quien es candidato presumiblemente de centroderecha, no ha manifestado tampoco estar en contra del aborto.
Ya aclarado que los políticos en contienda, de alguna u otra manera temen estar en contra del aborto o de las ideologías de moda, entonces usted sea practico y mire el impacto sobre su bolsillo.
Comprenda que, entre ambos candidatos, subyacen unas diferencias fundamentales, y es que a Petro no le duele el esfuerzo de los colombianos, ya que durante toda su carrera política lo ha demostrado, desde que llegó en la década de los años ochenta a vivir del erario público, mientras que al mismo tiempo practicó la subversión.
Mientras por su parte el ingeniero Rodolfo Hernández, siempre ha sido un empresario que practica la austeridad, el ahorro, la contabilidad, así como ha manifestado en diversas ocasiones y también lo ha demostrado con hechos desde su administración en la alcaldía de Bucaramanga, que su propuesta brilla por su sinceridad con el ciudadano, por identificarse con el empresario.
Su tendencia entonces es a ser protector de los recursos públicos, ya que entiende que éstos no son para derrocharlos, así que, para él, quien quiera abortar es su problema, problema con su salud y con su conciencia, y en cuanto a las ideologías seguramente su tendencia será a fusionar ministerios y a reducir gastos, como ya lo hizo en su alcaldía.
En consecuencia, es preferible para un ciudadano de derecha la opción de Rodolfo Hernández.
Respecto al enfoque que esgrime la izquierda que ésto del aborto es un tema de salud pública, usted también debe recordar que la mujer abortista, siempre antes de embarazarse, tiene muchas alternativas para evitarlo.
Alternativas que, por cierto, también están siendo financiadas por usted señor lector, ya que hay muchas políticas de origen estatal y gubernamental, en el campo de las políticas de salud pública que están orientadas a evitar el embarazo no deseado.
Allí desde hace décadas incluso, aparece una variadísima oferta institucional en cuanto a programas de prevención, y si éste es un tema de salud pública como argumenta la izquierda; entonces diga: “No más gasto público para financiar lo inmoral”.
Y frente a las ideologías de género, los ciudadanos no tienen porque pagar tampoco el gasto público, ni cirugías de reasignación de sexo a los transexuales, como ya ocurre en varios países.
Éstas son justamente las líneas rojas que usted no debe permitir que sean traspasadas; evite el desangre de lo público, votando por la austeridad, ya no es hora de hablar de posiciones morales en el plano íntimo, sino de la ética económica en el espacio de lo público; ¡que las ideologías no persigan su bolsillo!
