Los príncipes enemistados de Gran Bretaña, William y Harry, dejarán de lado sus diferencias el jueves para asistir a la inauguración de una estatua a su difunta madre, la princesa Diana, en lo que habría sido su 60 cumpleaños.
Durante la mayor parte de sus vidas, los hermanos reales han sido cercanos, unidos por el trauma compartido de perder a su madre, que murió a los 36 años en un accidente automovilístico en París en 1997, cuando William tenía 15 años y Harry 12.
Pero desde la boda de Harry en 2018 con su esposa, la actriz estadounidense Meghan, las relaciones entre ellos se han agriado y una entrevista explosiva que la pareja le dio a la presentadora del programa de chat Oprah Winfrey en marzo marcó un nuevo mínimo.
En él, Harry, ahora de 36 años, criticó a su padre Charles y dijo que William, de 39 años, y la familia estaban atrapados, mientras que la pareja acusó a un miembro de la realeza anónimo de hacer un comentario racista.
El biógrafo Robert Lacey dijo que en abril los hermanos se pelearon inmediatamente después del funeral del príncipe Felipe, el esposo de su abuela, la reina Isabel, durante más de 70 años, y no hubo señales de mejora.
“No parece probable que el conflicto entre los dos hijos amargamente divididos de Diana termine pronto”, escribió en el Daily Mail, y agregó que amigos y familiares estaban tratando de forjar una reconciliación.
La inauguración de esta semana en Londres de la estatua, que los príncipes encargaron hace cuatro años para celebrar la vida de Diana, brinda una oportunidad única para tal acercamiento, con Harry regresando de su nuevo hogar en los Estados Unidos.
“A menos que uno de ellos vaya a pedir perdón, y creo que probablemente tenga que ser Harry, no puedo ver esta relación en este momento mejorando”, dijo la comentarista real Penny Junor.
“Tengo entendido que los niños no se hablan entre ellos, ciertamente no en la forma en que los hermanos normalmente hablan”, dijo a Reuters.
‘HEMOS PASADO POR EL INFIERNO’
Harry le dijo a Winfrey que su relación era “en el espacio en este momento”, pero esperaba que el tiempo la curara.
“Amo a William en pedazos, él es mi hermano, hemos pasado por un infierno juntos y tenemos una experiencia compartida. Pero estamos en caminos diferentes”, dijo.
La inauguración de la estatua del jueves en el Sunken Garden en el Palacio de Kensington donde vivía Diana, y que ahora es el hogar de William y su familia, será un pequeño evento con los príncipes, la familia cercana de Diana y el escultor Ian Rank-Broadley entre los pocos asistentes.
El Daily Telegraph informó que William llevaría a su esposa Kate y a sus tres hijos George, Charlotte y Louis, para una vista privada de la estatua antes de su inauguración oficial, ya que no estarán presentes ese día.
Casi un cuarto de siglo desde su muerte, Diana sigue cautivando.
Los periódicos británicos estudian minuciosamente su vida y las circunstancias que rodearon su muerte, mientras que la revelación el mes pasado de que un periodista de la BBC mintió para asegurar una entrevista sensacional en 1995 en la que admitió haber tenido una aventura y compartió detalles de su matrimonio fallido con Charles, fue noticia.
