martes, abril 16, 2024
InicioOpiniónClaudia PosadaPosturas camanduleras: fachadas de corazones ambiciosos

Posturas camanduleras: fachadas de corazones ambiciosos

Por Claudia Posada

¿Aplaudir a un grupo de policías, decirles que son héroes y darles palmaditas en la espalda, en qué favorece su situación de bajos salarios, exigencias inconcecuentes con relación a sus deberes para con los ciudadanos y recibir órdenes desde allí o desde allá conforme, o no, a los códigos en los que se enmarcan sus obligaciones?. Borrar símbolos, colores, frases o grafitis de muros urbanos porque creemos que es una acción ciudadana de gran empoderamiento ¿qué tanto ayuda a la pacificación de una insurrección, protesta, disturbio o como lo quieran llamar? Al plasmar en las paredes ya “limpias” otros colores o símbolos se está diciendo: “Tenemos conciencia de lo que pasa en Colombia” o  más bien se quiso decir: “Tenemos ciertos derechos que nos cobijan  porque somos gente de bien”.

El origen del descontento inicial para que se convocara hace un mes a manifestarse como pueblo que se sentía lesionado por objetivos irracionales en medio de una pandemia que tenía en picada sectores empresariales, al comercio y a otros núcleos de la economía, devastando por igual el empleo y los ingresos de centenares de familias, fue muy concreto: la reforma tributaria. Pero la movilización ciudadana encausó escaramuzas y revueltas graves en la medida en la que fueron interviniendo fuerzas de distintos matices y desde distintas motivaciones explicitas, aunque también enmascaradas y ocultas, las cuales hasta hoy siguen siendo señaladas de manera tan simplista cómo decir ¿Si la reforma  se retiró por qué siguen las revueltas?

Algunos representantes de la dirigencia colombiana, ubicados en el sector privado, han llamado la atención sobre la incapacidad del gobierno, para “apagar incendios” entre tanto se van resolviendo asuntos de fondo que ameritan su análisis y oportunas soluciones. Ni el gobierno, ni el Estado en sus distintas ramas del poder, han explicado clara y suficientemente a los ciudadanos, lo que definitivamente está pasando – sin desentenderse- como lo han estado haciendo al desconocer que la pobreza y desigualdad hicieron parte del estallido social  evidente en las movilizaciones; el mismo que no tendrá fin mientras se enfrente con la  desfachatez de señalar, así de simple,  a un culpable que incita al pueblo. Se trata de angustias acumuladas, incertidumbres amontonadas en barrios y sectores a los que la “gente de bien” les da la espalda.

“Vosotros, queridos jóvenes, sufrís por causa de esos conflictos. Sois víctimas de esos procesos contradictorios, y en todo caso sentís a veces perplejidad y desconcierto frente a tanto desequilibrio económico y tanta injusticia social, frente al desempleo creciente y la pobreza insultante que aflige a no pocos de vuestros hermanos y hermanas en un suelo tal fértil como el de Colombia, y en una patria como la vuestra, tan rica en recursos materiales y humanos”. Así lo expresó el santo Juan Pablo II, en el Encuentro con los Jóvenes en el Estadio Nemesio Camacho de Bogotá, el 2 de julio de 1986; es decir, han pasado 35 años y  la dirigencia política, social, económica,  sigue ignorando esa realidad, la que siempre ha estado en sus manos cambiar.

Observamos por estos días, pronunciamientos de algunos sacerdotes muy comprometidos con su misión; nos sorprenden gratamente porque ellos son legitimadores desde esos espacios en los que comparten con todo tipo de creyentes. Ojalá quienes dicen ser de firmes creencias religiosas y  practicantes del cristianismo, los escuchen y aterricen en sus incoherencias, porque hasta el momento, apenas sí hacen gala de sus mentalidades discriminatorias. Sus posturas camanduleras son fachadas de corazones ambiciosos.

ÚLTIMAS NOTICIAS

Abrir chat
💬 Soy INTELLECTA ¿En qué puedo ayudar?
INTELLECTA
Hola 👋 Soy INTELLECTA, el robot virtual de Inteligencia Artificial de IFMNOTICIAS.COM.
¿En qué puedo ayudarte?