domingo, abril 14, 2024
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Porqué renuncia Álvaro Uribe Vélez

Por: José Ignacio Penagos H.

El talante democrático de Álvaro Uribe Vélez y su respeto por la institucionalidad, es la principal explicación a la pregunta de porqué renuncia el mejor presidente que ha tenido el país en los últimos tiempos, desde el punto de vista de resultados económicos, de política social, reducción de la pobreza, aumento de inversión, mejoramiento de calidad de vida y por supuesto de seguridad.

Uribe es además el senador más votado de toda la historia del país, con cerca de 8 millones de votos y atesora, a más de 8 años de haber terminado sus dos mandatos, el más grande cariño de gran parte de los colombianos, que presidente alguno haya tenido en la historia. Solo al terminar su segunda mandato, su favorabilidad estaba por encima del 80% y aun, pese a la mala hora en la que ha caído por la corte, sigue estando al rededor de 50%.

Pero Álvaro Uribe, renuncia, no por miedo a la Corte Suprema de Justicia, ni porque sea culpable. Siempre ha demostrado no tenerle miedo a nada y también ha demostrado que tienen que buscarle la caída con la infamia de acusarlo por delitos menores, porque no tiene rabo de paja.  El expresidente renuncia por respeto a las instituciones, por respeto al Congreso de la República, una institución que para él es sagrada y que al no poder dedicarle tiempo para legislar, prefiere dar un paso al costado, para asumir una defensa sin estar cobrando un sueldo sin trabajar.  En este sentido, su alto nivel de respeto al congreso, lo lleva a evitar que los debates, tanto en comisiones como en las plenarias, se dilaten, teniéndolo como tema de disculpa por parte de quienes son expertos en esas ‘jugaditas’ legislativas.

Tiempo para su defensa. Es otro de los motivos. Con este paso al costado, el líder de millones de colombianos de la corriente uribista, prefiere tener todo el tiempo para, juicioso defenderse sin presiones, estudiar mas aún su caso, revisar uno a uno los argumentos y poder rebatirlos con la verdad. Su bandera ha sido esa: La verdad. Y con ella, va la paciencia con la que la busca y la precisión casi matemática que alcanza, al momento de exponer los casos y demostrar las injusticias que se han cometido en su proceso.

Pero Álvaro Uribe Vélez, también renunció por honor y humildad. Con esto, el expresidente muestra su talante y demuestra que mientras otros expresidentes y congresistas, se aferran a su fuero como fórmula de salvación para ser casi intocables, Uribe demuestra que se puede despojar de privilegios para asumir su defensa como un ciudadano cualquiera, como un colombiano de a pié, que no se esconde en fueros y que está dispuesto a ser investigado sin restricciones en sus actuaciones y en su vida.

Cuántos en el congreso, son delincuentes escondidos en su fuero para ser intocables?,¿cuántos han violado, secuestrado y bombardeado al país y permanecerán campantes en en sus curules con la seguridad que los beneficios por ser congresistas, los protege. Uribe se desprende en un acto de humildad y de honor, como el batallador que es, que siempre le da la cara a los problemas, que es frentero, que asiste a todos los llamados de la justicia, como lo ha demostrado cada vez que se le ha llamado.

Uribe renuncia para demostrar el grado de parcialización de unos magistrados de la corte. Cuando critica la Corte, él mismo aclara que no es una crítica a la institucionalidad, sino a unos magistrados dudosos, contaminados por ideologías políticas, que no actúan en derecho y que han emprendido una persecución que le hace favor a los opositores políticos. Ha demostrado el nivel de falta de argumentos, cómo le han negado ocho garantías procesales, cómo lo han chuzado ilegalmente y cómo en esas 22 mil chuzadas, no hay una sola palabra que indique un delito.

El senador Uribe, con su renuncia, también logra otro impacto. Presiona a la Corte Suprema para que sea transparente. Al abandonar el fuero como congresista, su expediente puede hacerse público, y eso es lo que ha pedido aun con su fuero. En su nueva condición, el expresidente pone a prueba la imparcialidad de la Corte, le da la oportunidad que brille en su actuación en derecho, que muestra las pruebas, aquellas que tanto ha pedido y que por alguna razón no ha querido. Es la oportunidad para la Corte, de dar respuesta a las cientos de preguntas que hacen los colombianos, el mismo Uribe y su defensa. La mismas que también hacen los medios de comunicación y que la Corte no responde.

Uribe demuestra que solo ha tenido la oportunidad de defenderse mediáticamente, no en derecho. Esta renuncia, demostrará que la ‘honorable Corte’, inició el fuego y que éste se le creció y da pie para que la Corte le de la cara al  país.

A Álvaro Uribe Vélez, su renuncia, le da la oportunidad de escribir una segunda parte del libro de su vida política y de lucha y compromiso por el país. Luego de sus logros, de liberar al país de la violencia más profunda que las nuevas generaciones no conocen; le ha tocado ver como le han robado su dignidad, le han querido robar su historia y reescribir los hechos de pacificador con una narrativa de maldad. Ahora los buenos son quienes asesinaron, secuestraron, reclutaron, lanzaron bombas, y traficaron con droga y los malos son quienes, como él recuperaron el país.

Se entiende que muchos de esos sectores de la izquierda, hayan infiltrado el aparato de justicia y otros hayan comprado mentes con millones del erario. Así se tejieron los robos a Uribe. Ahora le roban su libertad y le roban las garantías procesales que en derecho tiene. Le quieren robar todo a la vista de los colombianos que ven, cómo se comete la más grande injusticia hasta ahora conocida.

Pero el mayor robo es ahora, el de destruir la historia con un episodio escrito a base de tinta de manipulación de la justicia y en papel de la ideología política que minó a la Corte. Parará a la historia como el único presidente de Colombia enviado a una prisión, así sea esta domiciliaria. Curiosamente, la mas bueno lo encarcelan, mientras que dando conferencias y posando de grandes estadistas, están a quienes dicen que la espalda que tienen es tan grande para no responder por elefantes, cargados de dinero de narcotraficantes y que impulsaron un narcoestado al servicio de los violentos. O quienes con cara de corderos, se mostraban como los grandes amigos, mientras afilaban el cuchillo traicionero y financiaban su maldad con dineros de constructoras internacionales. Ellos libres no dan la cara al país y nunca pasarán por el modelo de aparato de justicia que construyeron para protegerse y sus fueros.

La opinión pública  debe darse cuenta que muchos expresidentes siguen sin darle cara a la justicia y no renuncian al fuero porque quedan expuestos y esta realidad es imperativa que el país la entienda y decida si quiere continuar por ese camino, si es esa la justicia que quiere. Es la renuncia de Uribe, la que permitirá que esta reflexión se de. Queda la pregunta al ver la dignidad del expresidente Uribe al renunciar para someterse como cualquier persona a la justicia ordinaria, sobre ¿dónde queda la dignidad de Samper y de Santos?. No preguntamos por la dignidad de los delincuentes de las Farc y quienes desde la izquierda los secundan como bloque de oposición, porque queda claro, que no la tienen.

Es claro que Álvaro Uribe Vélez renuncia a su curul y a su fuero de congresista, pero nunca a la política; porque esa es su esencia. Ser un luchador por la patria, exige armarse de valor para asumir la política como sólo él lo ha hecho. No solo es un líder o como muchos lo quieren llamar, un caudillo. No. Uribe es un patriota que con este acto de humildad, demuestra su amor por el país y seguramente volverá recargado para continuar su lucha por darle bienestar a un país que estuvo al borde de ser inviable.

Queda ahora el imperativo propósito de quienes son sus seguidores, respaldarlo en esta mala hora de persecución e injusticia. Iniciar un referendo no solo para que se reforme la justicia, que ya ha demostrado ser amañada e injusta, sino que podría preguntarse al pueblo si quiere que un expresidente pueda volver a liderar la bandera colombiana desde el Palacio de Nariño. Solo una pregunta mas que podría devolvernos la paz, la tranquilidad y volvería a rescatar al país del oscurantismo que hoy vive. Ya lo hizo una vez, y podrá volver a hacerlo.

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