El primer ministro Boris Johnson retrasó un mes sus planes de levantar la mayoría de las restricciones restantes de COVID-19 el lunes, advirtiendo que miles de personas más podrían morir si no hacía nada debido a la rápida propagación de la variante Delta, más infecciosa.
Bajo la etapa final de un plan delineado por Johnson en febrero, esperaba levantar la mayoría de las restricciones sociales el 21 de junio, lo que significa que los pubs, restaurantes, clubes nocturnos y otros lugares de hospitalidad podrían reabrir por completo.
Ese paso tan esperado se retrasó hasta el 19 de julio.
“Creo que es sensato esperar un poco más”, dijo Johnson en una conferencia de prensa. “Tal como están las cosas, y según la evidencia que puedo ver en este momento, estoy seguro de que no necesitaremos más de cuatro semanas”.
El tiempo adicional se utilizaría para acelerar el programa de vacunación de Gran Bretaña, que ya es uno de los más avanzados del mundo, al acortar el tiempo recomendado entre dosis para los mayores de 40 a ocho semanas de 12 semanas.
La situación sería revisada el 28 de junio, lo que podría permitir adelantar la reapertura, aunque el portavoz de Johnson dijo que se consideraba poco probable.
En las últimas semanas ha habido un rápido crecimiento de nuevos casos causados por la variante Delta, descubierta por primera vez en India. Los funcionarios de salud creen que es un 60% más transmisible que la cepa dominante anterior y los científicos han advertido que podría desencadenar una tercera ola de infecciones.
El Partido Laborista de la oposición culpó al gobierno por la demora, diciendo que había sido demasiado lento cerrar las fronteras a los viajeros de la India.
El lunes, Gran Bretaña registró 7.742 nuevos casos de COVID-19 y tres muertes. Johnson dijo que la cantidad de casos estaba creciendo alrededor de un 64% por semana y la cantidad de personas en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales estaba aumentando.
“Al ser cautelosos ahora tenemos la oportunidad en las próximas cuatro semanas de salvar muchos miles de vidas al vacunar a millones de personas más”, dijo.
Gran Bretaña ha informado oficialmente de casi 128.000 muertes desde el inicio de la pandemia, el séptimo número más alto a nivel mundial.
La decisión del lunes se basó en modelos científicos que demostraron que, si la reapertura se realizaba según lo planeado, en algunos escenarios las hospitalizaciones podrían coincidir con las de marzo del año pasado, cuando los ministros temían que el sistema de salud pudiera verse abrumado.
“El retraso de cuatro semanas debería reducir el pico, sea lo que sea, en algo entre un 30 y un 50%”, dijo el asesor científico principal del gobierno, Patrick Vallance.
Los estudios del lunes mostraron que la variante Delta duplica el riesgo de hospitalización, pero dos dosis de vacuna aún brindan una fuerte protección.
A diferencia de marzo de 2020, es probable que el aumento de las hospitalizaciones se produzca entre las personas más jóvenes que requieren un tratamiento más corto y tienen menos riesgo de morir.
Sin embargo, el riesgo de una mayor presión sobre el sistema de salud hizo que no se cumplieran las pruebas que el gobierno se propuso para seguir adelante con la reapertura.
Johnson establece restricciones de COVID-19 para Inglaterra, con administraciones descentralizadas en Escocia, Gales e Irlanda del Norte que hacen su propia política.
