- El manejo de las relaciones internacionales es cosa seria. Entregarle tan delicados asuntos a funcionarios más políticos que diplomáticos, ya ha costado a Colombia fuertes dolores de cabeza, como por ejemplo, la pérdida de litigios presumiblemente mal conducidos. Esperando los buenos oficios del actual Canciller, Álvaro Leyva Durán, conservador partidista, de ideas liberales en el mejor sentido; y las reacciones que siguen haciendo ruido a raíz del episodio desconcertante por la ausencia de Colombia en la sesión convocada por la OEA para condenar violación de D.H. en Nicaragua, todos nos hemos creído expertos en diplomacia internacional. Eso de misiones que comprometen la resolución de conflictos entre países, al común de los ciudadanos no nos es de fácil comprensión. Intríngulis que se manejan en las altas esferas internacionales, y los porqué de ciertas decisiones que no están a nuestro alcance interpretar con sana sensatez y objetividad, mejor mirarlo como el oficio ajeno de «hilar delgadito».
- El asunto de la venta de acciones de EPM en UNE – Millicom, sigue generando tremenda polémica en el Concejo de Medellín. Y es que no es ningún secreto, cómo, entre algunos de los concejales actuales, los debates y decisiones tienen tinte puramente político; con más peso de dónde, o mejor, de quién o de quiénes nacen las iniciativas y proyectos, por encima de las conveniencias o no que deben analizarse y decidirse a favor del Municipio.
- Empiezan a dar pasitos en busca del favorecimiento que los lleve a las alcaldías y gobernaciones, políticos novatos, unos; más cancheros otros. Desalientan algunos que con cortísima trayectoria pública se creen ya listos para gobernar capitales de departamento tan complejas como Medellín. Mientras los de recorrido más larguito, e inclusive encumbrado (lo que no quiere decir brillante o exitoso) empezaron a dejarse ver con estrategias lastimosas envueltas en tácticas con más pobreza intelectual, que con llamativos mensajes.
