- Se adelanta por fin la obra necesaria para unir las veredas El Llano, Naranjal y Boquerón, pudiendo circular desde y hacia Medellín (por la vía de conexión inter-veredal) sin los inconvenientes de toda la vida por las dificultades para pasar la quebrada sobre la cual ya se lleva muy adelante la construcción del puente que la administración de Daniel Quintero decidió y a la que le destinó recursos, luego de gestiones muy valiosas por parte del concejal Luis Bernardo Vélez, y de la exconcejal María Paulina Aguinaga quien en ningún momento desfalleció en su propósito de ver el proyecto del puente hecho realidad. La obra se había solicitado por largos años, a todas las administraciones anteriores, y gestionado por muchos funcionarios; por habitantes de la zona que pertenece a San Cristóbal, y por distintos dolientes que hoy están esperando ansiosos la inauguración.
- Es difícil creer que las exigencias para que a los trabajadores se les paguen horas extras o recargo nocturno, al laborar después de las 6 de la tarde, disminuya las oportunidades de empleo. Si los negocios de entretenimiento, restaurantes y similares tienen su mayor demanda y clientes en las noches, pues es lógico que los empleadores paguen en consecuencia conforme a la legislación que pretende el gobierno actual. No creo que disminuyan el número de empleados porque no se les compense el pago con los ingresos del negocio, más bien es la disculpa para seguir abusando de las personas con necesidad de tener un oficio remunerado aunque les toque trasnocharse trabajando, sacrificando las ventajas de la noche para dormir y descansar; a sabiendas de lo duro de laborar y movilizarse de noche.
- Se habla muy bien de algunos colaboradores inmediatos, los más cercanos al alcalde Daniel Quintero, entre ellos del que se fuera del gabinete municipal para la campaña de Petro, quien fuera el Secretario de Movilidad, Carlos Mario Mejía. No ha transcendido cuál será su nueva actividad. Mientras tanto se ha mencionado a otros -más bien a otras- con aspiraciones a altos cargos en el gobierno nacional, y entre ellas precisamente la más grosera, arrogante y tal vez con menos méritos: Camila.
Píldoras Políticas de Claudia Posada
