martes, marzo 26, 2024
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Píldoras Políticas con Claudia Posada

  • Una señora en Medellín, desde un balcón grita a Francia Márquez: “… “No la queremos, no la queremos. Fico presidente. Fico, Fico, Fico. No es bienvenida, no es bienvenida”, repetían; dice la nota de Semana. ““No es bienvenida a nuestra unidad, la unidad se respeta. No la queremos en nuestra unidad” …” ¿Nuestra unidad se respeta? ¿Cómo así? ¿La señora Márquez está irrespetando un edificio de apartamentos porque circula por el parqueadero al llegar o salir en cumplimiento de una agenda proselitista? Creo que la están confundiendo con una delincuente al asecho, mientras, tal vez, a una criminal se le esconderían. No es necesario ofenderla por estar del lado contrario -políticamente hablando- como fórmula vicepresidencial de Petro. Cualquier ciudadano con una pizca de educación mejor calla que gritar humillaciones al verla.
  • Hace rato observamos que los insultos a los que piensan votar por contrarios a nosotros se pusieron de moda; inclusive hay entre los mismos candidatos y muchos de sus seguidores, pronunciamientos que pasaron de arrogantes a ordinarios, y no pocos, a insolentes. Además, y lo que es peor, controvertir con argumentos bien expuestos pasó al olvido, son piezas de oratoria de épocas pasadas, cuando aspirar era de ilustres con talante. Ya no solamente se debate con chabacanería, sino que la ordinariez ya es “atributo” para conseguir votos. La tosquedad en el vocabulario que insulta a los adversarios, a sus hijos y seguidores, levanta admiración, obviamente, en sus iguales. Tan bueno cuando los ciudadanos del común votábamos por coincidencia en principios que se exponían en el marco ideológico del bienestar social, ciudadano. Claro que siempre habrá quienes votan según conveniencias personales, es inherente además a la clase política, pero por lo menos que lo disimulen. Y eso de asegurar, por ejemplo, que la señora Francia Márquez pertenece al ELN, sin pruebas, que si las tienen deberían llevarlas a las instancias del caso, refleja un temperamento muy preocupante.
  • “Turquía en mi corazón”. Cuán valioso es ocupar cargos o posiciones en altas dignidades y a la vez pensar en legados de importe histórico. La idoneidad es el insumo concentrado en aquellos que califican idealmente para pequeños o grandes compromisos; y es la cualidad que sabe identificar en otros, el responsable de nombrar aquí o allá. Al exgobernador de Antioquia, Fernando Panesso Serna, le fue encomendada la misión diplomática de erigir la primera embajada de Colombia en Turquía, con sede en Ankara su capital. Allí viajó Panesso Serna en el año 2011 y se estableció con propósitos más allá de los obligados en razón del cargo. Su rica experiencia quedó plasmada en el libro Turquía en mi corazón, recientemente publicado. Así se da compensación a los dos países y a sus ciudadanos: Turquía y Colombia reciben el fruto de un hombre idóneo en el servicio diplomático. Cuántos políticos colombianos por años en el Congreso, por ejemplo; en consulados o embajadas, y su legado es simplemente vergonzoso.

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