- Mientras para algunas toldas en campaña, se van abriendo caminos de fortalecimiento, así estos no signifiquen una adhesión que traerá muchos votos, pero sí como para cacarear “todo votico va sumando”, para otros se pone el dulce a mordiscos. En aquel entonces Luis Gilberto Murillo –hoy formula vicepresidencial de Sergio Fajardo- era el director de Codechocó y confiadamente usó una partida presupuestal para reparar una escuela en Istmina, Chocó. Resulta que ahora están reviviendo el asunto para argumentar la inhabilidad de Murillo, en razón de que él tuvo una condena de seis meses por destinar para otros fines dineros que eran para los programas de desarrollo en el campo de la minería ambiental; lo que se constituyó en peculado por aplicación oficial diferente. Se supo que para efectos de precisar en qué paró el asunto, el Consejo Nacional Electoral (CNE) para estudiar el caso, pidió al Juzgado 38 Administrativo de la Sección Tercera de Bogotá la sentencia del 11 de marzo de este año, mediante la cual se acepta una tutela con la que Murillo habría exigido que se le respete sus “derechos fundamentales al habeas data, dignidad humana, y a elegir y ser elegido”.
Así las cosas, también el mismo tribunal electoral solicitó al juzgado correspondiente en Quibdó, copia de la ejecución de la sentencia que señalamos aquí, necesaria para desempantanar el lio. ¿Cuántas inhabilidades a todas luces execrables, son alborotadas un ratico, viven un escándalo y desaparecen bajo la bulla de otro escándalo igual o peor? ¿Y qué pasa con los actores protagonistas de tales escándalos? ¡Pues nada! (Lo peor que puede pasarles es que los remuevan en medio de la bataola, para luego darles algo mejor calladamente).
- Íngrid Betancourt armó farrago en la Coalición Centro Esperanza, el desbarajuste fue evidente; por eso mismo quedó volando en el limbo Humberto De La Calle, se presentaron encontrones muy inconvenientes entre todos ellos; y ella muy horonda armó rancho aparte. Su temperamento es claro. No quiero señalarla de “malaleche”, ni de mala Índole; tal vez ni ella misma se comprende. Ahora en conversaciones con el CD, agradeciéndole la vida a Uribe y reuniéndose con Paloma Valencia, no somos pocos los que pensamos ¿con qué irá a salirles a los uribistas si acaso sufre otra pataleta?
- Alejandro Riaño, actor y comediante, hace rato está siendo estigmatizado en las redes sociales por lo que expresa a través de su personaje Juanpis González; podría decirse que se le rebosó el vaso frente al malentendido que se presentó con el uribista Miguel Polo Polo (Parece que es del matiz de María Fernanda Cabal). Muchos no entienden el rol que juega “Juanpis” entre los libretos humoristas colombianos. Se dice que somos un país muy feliz, pero extrañamente algunas veces, entre nosotros, es escaso el buen sentido del humor al observar que esta creación satírica levanta ampollas; o el fino humor que trata de hacer Riaño, no lo entendemos. Con sarcasmo muy usual en la crítica política, su personaje no es aceptado entre los que “toca”, así que se molestan con el “gomelo” creado e interpretado por Riaño; él dice que juanpis encierra: “A todas esas personas que creen que por tener poder pueden pasar por encima de los demás. Me he burlado de todas las personas que son machistas, clasistas, xenófobas, homófobas. Ese es el fin del personaje”. En Colombia cae mejor un personaje de la farándula o de la política que chorree veneno, que un personaje creado para divertirnos en medio de tanta tragedia muy real.
