Por Claudia Posada
El ser aprobada por unanimidad en Plenaria del Senado, la proposición que buscaba crear una comisión bilateral entre Colombia y Venezuela, con el fin de fortalecer las relaciones comerciales entre los dos países; semejante despropósito demostró dos cosas: Que los congresistas, parece, no saben qué es de su competencia y qué es del resorte del gobierno. E igual de grave, no saben qué aprueban. Desde el CD se oyen ahora voces reclamando por qué les metieron tanta cosa en un mismo costal; dizque los asaltaron en su buena fe ya que fue aprobado un paquete que contenía el exabrupto ese. Suena increíble que el presidente del Senado, Juan Diego Gómez, una vez aprobada la iniciativa, la radicara ante la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.
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Según el Nuevo Siglo, José Manuel Restrepo, Ministro de Hacienda, declaró que presentará los argumentos necesarios ante la Corte Constitucional para demostrar los beneficios que se alcanzarán tras la modificación de la Ley de Garantías en el Presupuesto General de la Nación (PGN) 2022. Para el diputado Andrés Guerra, en cambio, modificar la ley de Garantías es darle “dientes y alimento a la corrupción”; considera que éste “fue otro desatino del sentido común del gobierno Duque y gran parte del Congreso”.
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Caterine Ibargüen deja la actividad deportiva y da el salto al Congreso; desde luego si su campaña para llegar a ocupar una curul en el Senado por el partido de la U, resulta un triunfo electoral como fueron los suyos en el campo del atletismo. El lanzamiento de su aspiración se hizo en Cali por parte la directora nacional de esa colectividad, Dilian Francisca Toro, ahora candidata a la Presidencia de Colombia, gran admiradora de la mujer nacida en Apartadó, Antioquia. Dice Caterine que la U se está transformando para situarse ideológicamente en el centro, ya que nació en la derecha. La gran deportista de alto rendimiento está llena de ilusiones para incursionar en la política; ojalá no se le frustren, su transparencia es similar a la de otros que no soportaron las mañas, sí, las mañas que los mandaron de un gigantesco salto a escenarios menos feroces.
