Por : Álvaro Ramírez González
La manifestación del miércoles 10 de Mayo en la plaza de Bolívar, no podía ser más elocuente.
Fue convocada por el general ( R ) Eduardo Zapateiro, ex comandante del Ejército Nacional.
Una convocatoria de militares de la reserva, llevó como 20.000 personas a esa plaza.
Se respiraba rabia con Petro por haber descabezado de esa manera tan brutal las FFAA, y por haberlas degradado frente a los grupos terroristas que caminan por el país como Pedro por su casa.
Y estén asesinando soldados y policías con la misma complicidad e indiferencia del mismo Gobierno.
¡Todos gritaban, fuera Petro!
Es la primera vez en la historia del país que tantos militares de la reserva se reúnen en una plaza a enfrentar al Gobierno.
Pocas horas después fue secuestrada en el Cauca una patrulla de la policía antinarcóticos cuando se aprestaba a destruir un laboratorio de procesamiento de cocaína.
Fueron rodeados y secuestrados por 400 efectivos de la guardia campesina que impidieron el operativo.
Los campesinos del Cauca volvieron intocables los cultivos y laboratorios de coca y cocaína.
Tanto la gigantesca manifestación militar de la plaza de Bolívar, como el aberrante secuestro del Cauca, recibieron destempladas y mentirosas justificaciones del ministro Iván Velázquez, acostumbrado a mentir, sin la menor vergüenza.
Y silencio total por parte del jefe de Estado.
Petro ha perdido casi toda su popularidad y lo peor de todo, su credibilidad.
A medida que su gobierno se aproxima al primer año, su mandato muestra su verdadero perfil.
Un gobierno amigo de terroristas y delincuentes (“¡ viva la primera línea!”- Francia Márquez) que ha degradado y expuesto a la mano criminal a soldados y policías.
¡Sin ninguna preocupación!
Un mandatario que no llega a ninguna parte, no cumple sus compromisos y deja a todos plantados, sean Magistrados, Alcaldes, Gremios, Comunidades o Empresarios Españoles.
Un gobierno de clara tendencia tiránica
El invidente con el Fiscal Barbosa y las Altas Cortes, dejó muy claro que muy poco le importa la separación de los poderes públicos en Colombia.
Y los desplantes, y descarados abusos de poder de Francia Márquez y Verónica Alcocer, así como el gravísimo episodio de su hermano y su hijo, quien fue acusado con todas las pruebas por su ex pareja, de recibir grandes sumas de dinero, de reconocidos delincuentes, mostraron que este gobierno no solo es corrompido, sino cínico.
Pero todos estos hechos, la inflación desbocada que está llevando a los pobres a la miseria y empobreciendo a la clase media, y la delincuencia que tiene avasallado el país, han acabado con la poca credibilidad de Gustavo Petro.
La economía cae vertiginosamente, el ambiente empresarial, no puede ser más pesimista y las utilidades de las empresas, se desploman.
Las convocatorias que ha hecho para la calle, han sido un total fracaso.
Pero las manifestaciones en su contra, cada vez más numerosas.
Petro perdió las calles.
Allí estaba su fortaleza.
La mayoría en el Congreso, y la confianza de todo el poder judicial.
Tampoco lo están apoyando ni las FARC, ni el ELN, con quienes “La Paz total “, luce como una gran payasada.
¿Qué le queda entonces a Petro?
El presupuesto nacional y tres años de sequía política, y desprestigio internacional.
Las próximas elecciones de Octubre, van a mostrar con la derrota de Claudia López, de Daniel Quintero y de Jorge Iván Ospina, el fracaso y la ruina política del mandato Petro.
El más agresivo destructor del mandato Petro, es El mismo.
Es como un ratón.
¡Entre más trabaja, más daños hace!
