viernes, marzo 29, 2024
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Petro: ¿La corrupción es sólo del hijo?

Por Eduardo Mackenzie

La idea principal que se desprende de las declaraciones de Days Vásquez, la ex esposa de Nicolás Petro Burgos, 37 años, difundidas en estos días por la revista Semana, es que tres o más jefes narcotraficantes aportaron dineros para la campaña presidencial de Gustavo Petro, hoy presidente de la República de Colombia y ex guerrillero del M-19 en la década de 1980.

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En ese turbio episodio lo central para el país no es saber si el hijo de Gustavo Petro maneja dineros de origen inexplicable sino lo otro: que tres o cuatro jefes narcos, conocidos judicialmente, entregaron, en marzo de 2022, en Barranquilla y Bogotá, dos meses antes de la primera vuelta, entre 800 y mil millones de pesos en efectivo para reforzar las posibilidades de que Gustavo Petro ganara esa elección.

La ex esposa del hijo mayor de Gustavo Petro enfatizó que probablemente esas entradas de dinero ilegal fueron mucho más grandes pues  después de la elección presidencial del 19 de junio siguieron entrando dineros calientes a través de Nicolás Petro Burgos y porque éste, su esposo, no le había permitido conocer a ella todos los detalles de sus operaciones fraudulentas.

Si el hijo de Gustavo Petro se robó esos dineros, como afirma Days Vásquez, él cometió, obviamente, un acto delincuencial mayor que debe ser investigado y sancionado por las autoridades. Sin embargo, ese punto es secundario.

Si lo dicho por Days Vásquez es confirmado por la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría General, Gustavo Petro aparece de manera incuestionable como un mandatario corrupto e indigno de ocupar el solio de Bolívar, como lo fue Ernesto Samper en 1994 por haber recibido dineros de un cartel de narcotraficantes para su campaña electoral.

Pues los dineros calientes que aparecen en las revelaciones de Days Vásquez iban dirigidos exclusivamente a la campaña de Gustavo Petro, no a los bolsillos de su hijo mayor, quien convenció a los sulfurosos donantes que él hacía de intermediario entre ellos y la campaña electoral de la coalición petrista.

«Nicolás le recibió dinero a ese señor, más de 600 millones [de pesos] para la campaña del papá. Eso nunca llegó legalmente a la campaña porque él [Nicolás Petro Burgos ] se quedó con ese dinero, y así otros», declaró Days Vásquez a la periodista Vicky Dávila, de Semana.

La señora Vásquez pretende levantar una muralla entre esas donaciones encubiertas y el candidato Gustavo Petro. Dice que Nicolás Petro Burgos le robó esos dineros a [Samuel] Santander Lopesierra, al Turco Hilsaca [Alfonso Hilsaca Eljaude] y «al señor de la camioneta en Villavicencio» y no a la campaña del candidato de Colombia Humana y del Pacto Histórico, aunque admite que esos aportes eran para el movimiento de Gustavo Petro.

Samuel Santander Lopesierra, conocido por sus actos de contrabando como el “hombre Marlboro”, estuvo preso en Estados Unidos por narcotráfico. Hilsaca es acusado por homicidio y concierto para delinquir. La justicia le reprocha sus lazos presuntos con la banda criminal «Los Rastrojos».

Days Vásquez reitera que Gustavo Petro es «inocente» y que Nicolás Petro Burgos es el responsable de lo ocurrido: «Él no ha actuado correctamente, no ha actuado de la mejor forma, porque él cree que se va a volver multimillonario. Le metieron eso en la cabeza.»

Sin embargo, eso de recibir bolsas de dinero de origen incierto y de manera clandestina no fue un invento de Nicolás Petro Burgos. Su padre fue el primero en hacer exactamente eso.

En 2018 estalló, en efecto, el famoso escándalo de las «Petro-bolsas». Un video auténtico de 14 minutos, revelado por la senadora Paloma Valencia, muestra a Gustavo Petro, el 7 de octubre de 2005, durante su campaña para ser elegido senador, en el momento en que recibía fajos de billetes de origen desconocido, entregados a él por uno de sus hombres de confianza, Juan Carlos Montes Fernández, autor del video, quien huyó desde entonces de Colombia.

Las explicaciones que dio Petro fueron desmentidas y nunca la verdad fue establecida, pues, desafortunadamente, la justicia corrompida de la época se abstuvo de investigar el episodio y declaró, en junio de 2021, dos semanas antes de la segunda vuelta presidencial, que la acción penal había «prescrito» por «vencimiento de términos» y que, de todas maneras, Petro era inocente pues recibir dinero en esas circunstancias no es ilegal y que él, y sólo él, había dicho que esos dineros no venían del narcotráfico. Tal pronunciamiento fue muy mal recibido por la opinión pública.

Esta vez, los nombres y la intención de los polémicos donantes son conocidos. Solo falta que la justicia, de nuevo, considere que esos dineros no eran para Gustavo Petro y solo para corromper a su hijo. El petrismo quiere imponer la tesis de que esas donaciones ocurrieron «a espaldas» de Gustavo Petro, que éste es la «víctima» de la corrupción de su hijo. ¿Por qué Gustavo Petro no denunció ese faltante y solo lo hizo tras las revelaciones públicas de Days Vásquez?

En todo caso, la declarante mostró otro elemento decisivo : que Nicolás Petro «se reunió con todos los ministros» de su papá, salvo con el ministro del Transporte, y que trató, igualmente, de manera visible, con particulares cercanos a algunos ministros, sobre todo con Hildebrando Vélez, el papá de la cuestionada ministra de Minas, principal instrumento de la política del presidente Petro consistente en destruir la industria colombiana de hidrocarburos en beneficio de los intereses de la dictadura de Venezuela.

Days Vásquez, quien recibe amenazas desde que comenzó a ventilar esos puntos a la revista Semana, explica que los señores Santander Lopesierra, Turco Hilsaca y otros, quieren que la Presidencia de la República los favorezca con sus decisiones, les ofrezca contratos y les permita controlar algunos ministerios. Hilsaca niega haber entregado esos dineros a Nicolás Petro. Pero Days Vásquez le entregó a Semana 1.600 páginas de pruebas de lo que dice.

¿Fueron ellos los únicos que ingresaron dineros calientes a la campaña de Gustavo Petro?

Juan Fernando Petro Urrego, el hermano de Gustavo Petro, también está en problemas por acusaciones de soborno y corrupción ligadas a la misma campaña electoral. A tal punto que el nuevo presidente le ha pedido a la Fiscalía investigar a su hermano. En cuanto a Nicolás Petro, esta sería la tercera vez que se vé envuelto en asuntos obscuros. En 2014, fue acusado de intrigar en licitaciones del Instituto Distrital de Recreación y Deporte y de Transmilenio. Y el Consejo Nacional Electoral lo multó por no haber registrado 174 millones de pesos en las cuentas oficiales de su campaña para ser gobernador del Atlántico. El hijo de Petro está incluso interesado en echarle mano a Monómeros, una empresa colombo-venezolana productora de fertilizantes con plantas en Barranquilla y Buenaventura que reportó 8,3 millones de dólares de beneficios en 2020.

No es todo. Un importante diario de Medellín afirmó en un largo informe del pasado 25 de febrero que «mafiosos pagan $500 millones [cada uno] por beneficios de ‘paz total’ para no ser extraditados» y que eso está «convirtiendo el proceso de ‘paz total’ con las bandas criminales en un lucrativo negocio que podría desbaratarse en cualquier momento y desatar una oleada de violencia». Según El Colombiano, eso empezó en abril de 2022, antes de la primera vuelta presidencial. Llegaron a una cárcel de Bogotá unos voceros de Gustavo Petro, incluido Juan Fernando Petro, a explicarle a varios capos el proyecto de «paz total». «La idea parecía buena, entonces hicimos el puente con miembros de grupos armados, que luego enviaron cartas y comunicados públicos en favor de la propuesta”, le dijo al diario «uno de los conocedores del tema». Más explícitamente: «Varios narcos habrían pagado altas sumas para que los incluyeran en estos beneficios, como Juan José Valencia Zuluaga (alias Falcón), del Clan del Golfo, con influencia en Antioquia y Cartagena, y Jesús Berdugo (alias Tánatos), socio del cartel de Sinaloa, con redes de droga en Nariño y Ecuador».

Gustavo Petro niega todo y pide más investigaciones. No obstante, su hermano Juan Fernando, el abogado penalista Pedro Niño y el nuevo comisionado de paz, Danilo Rueda, son criticados por organizaciones de DD.HH. y por abogados de bandas ilegales. Estos los señalan de «ejecutar un manejo ‘amañado’ de los acercamientos con las bandas, favoreciendo a unos y distanciándose de otros».

El 18 de junio de 2022, el portal web El Expediente afirmó que el 1 de febrero de 2022 «hubo una reunión en el restaurante La Malsentada en Medellín en la que [habrían estado] presentes Juan Fernando Petro y emisarios del detenido narcotraficante Juan José Valencia, uno de los narcotraficantes más poderosos del país». Agregó que Falcón, «considerado un narco oculto del Clan del Golfo», está detenido en La Picota a la espera de su extradición a Estados Unidos. El Expediente concluye: «Todos esos acercamientos de la campaña del Pacto Histórico con los capos de la mafia en Colombia, incluidas las visitas de Piedad Córdoba a La Picota, reveladas por El Expediente el pasado 15 de abril, son motivo de preocupación para el gobierno de Estados Unidos por el impacto que tendría para su política contra las drogas en la región.»

Como se ve, las artimañas del hijo mayor del presidente Gustavo Petro tienen muchas arandelas, ocurren en un contexto alarmante de corrupción desaforada y familiar y podrían ser la punta de un enorme iceberg. El Departamento de Estado debe estar siguiendo con mucho rigor las repugnantes peripecias del nuevo gobierno colombiano.

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