Por: Diego Arango o.
En dos orillas ideológicas diferentes, pero unidos en un esfuerzo nacional, dos valiosos hombres partieron a la casa del Señor cuando estaban dedicados a servir al país, victimas del mismo ataque por el poderoso covid-19.
Carlos Holmes Trujillo Garcia, Ministro de Defensa, con una trayectoria impecable, gran hombre y amigo, excelente político, buen miembro de familia y sociedad. Este caleño, hijo de un ilustre político liberal vallecaucano, estuvo a cargo de la cartera de Relaciones Exteriores y de Defensa en lo que va de este gobierno, ambos cargos los desempeñó con dedicación y decoro. Claro en sus posiciones y efectivo en sus acciones. Su trayectoria de servicio al país, a Cali su ciudad y al Valle del Cauca, su departamento, son testigos de su entrega y logros efectivos.
Julio Roberto Gómez Esguerra, dirigente sindical, fue presidente de la Central General de Trabajadores (CGT) durante 30 años. Dedicó su vida al sindicalismo y la atención al trabajador colombiano. Reconocido internacionalmente por sus resultados y encomiable labor. Julio Roberto era un hombre sencillo, sin pretensiones, concreto en sus posiciones de país y jamás utilizó su cargo para favorecimientos personales, ni depuso su compromiso sindical por espejos y luces que le fueron brindadas durante el desarrollo de su misión de vida.
El país cobra luto por estos dos grandes hombres, servidores de Colombia que coincidencialmente nacieron el mismo año, 1951, y murieron el mismo día y el mismo año 2021. Son cosas de la vida que muchas veces sin saberlo se juntan, pero así suceden.
Debemos entender que la amenaza es grande y no respeta personas, posiciones, edades ni condiciones; el virus está regado por el mundo y toma a cualquier persona. Eso sucedió con estos dos personajes de la vida nacional, activos en sus labores, entregados a sus misiones, pero sorprendidos por ese enemigo.
Tuve la oportunidad de conocerlos a ambos, en mis espacios televisivos los tuve hablando de asuntos de interés nacional, me dejaron grandes enseñanzas, lo mismo que a mis televidentes; admiré su claridad y transparencia unida a la lealtad de sus ideas.
Colombia despide a estos dos buenos hombres, el Gobierno nacional se pone de luto, así como las fuerzas militares quienes tendrán su réquiem por quien fuera su jefe, así como los obreros y trabajadores colombianos rendirán tributo a quien fuera un líder inigualable que deja profunda huella en el país.
De mi parte, verdadera condolencia a sus familias y organizaciones, así mismo al Presidente Duque y la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, extensa a todo el Ministerio de Defensa y la Cancillería de la Republica, cartera que con decoro ocupó Carlos Holmes.
Dios tenga en su gloria a estos dos ilustres personajes.
