Por : Álvaro Ramírez González
Uno de los problemas más serios de la humanidad hoy, es la tremenda desigualdad entre ricos y pobres. A los ricos, les sobra de todo.
A los pobres le falta lo básico para subsistir. De verdad no es justo.
El sistema económico de los países hace que con los impuestos de los ricos y algo de la clase media, se ayude a los pobres a mejorar su condición en salud, educación, vivienda servicios públicos y transporte.
Y los pobres con sus necesidades de trabajo, salud, educación, vivienda y transporte resueltas; se convierten en clase media. Y es así como se fortalece el tejido social y la estabilidad de un país.
En los países más desarrollados de Europa, Asía y Oceanía, esto funciona bastante bien, pero en América Latina en específico, es la maldita corrupción la que no deja que los beneficios de los impuestos, de los ricos, le lleguen a los pobres. Se roban casi todo, entre políticos, funcionarios y contratistas. Es endémico, es crónico.
Últimamente el mundo se ha visto sorprendido al ver que los grandes magnates han decidido por voluntad propia, donar una parte muy grande de sus inmensas fortunas, a fundaciones muy bien concebidas y manejadas que resuelven con mucha eficiencia problemas específicos en los lugares más críticos del mundo. Y sus resultados son visibles y comprobables.
Ted Turner, mayor accionista de CNN, fue el primero de todos los magnates que hicieron esto. La gente no entendía como después de tanta lucha para ser rico, al llegar allí, decidiera regalar la mitad o algo más de esa riqueza.
Eso no lo entiende todo el mundo pero tiene un profundo contenido social y humano. En los últimos tiempos hay cosecha de millonarias donaciones.
Bill Gates, donó la mitad de su fortuna hace pocos años y era una suma parecida a los U$ 35.000 millones. Hoy Gates ha recuperado el 100% de su anterior fortuna y algo mas. Pero se prepara para otra bilionaria donación.
Era muy común ver a los billonarios asistir a eventos de caridad a hacer aportar y donaciones, pero la nueva línea de acción de los billonarios del mundo es donar la mitad o mucho más de toda su fortuna.
Alguno de ellos anunció que a cada uno de sus hijos y herederos le dejaría como U$ 100 millones. Con esa suma se vive demasiado bien pero cada heredero debería haber recibido más de U$ 2.500 Millones.
Como empresario que soy, comparto plenamente esa nueva filosofía de los ricos. No tiene ningún sentido tener las cuentas de los bancos llenas con miles de millones de dólares, si con algunos cientos de ellos se puede resolver el problema médico o alimentario de una región con decenas de miles de habitantes. En buena hora los magnates de la tierra han entendido que la riqueza tiene una función social.
Los 30 billonarios más ricos de la tierra tienen los recursos para resolver del todo más del 100% de los problemas de pobreza, hambre, desempleo y mala salud de todo el mundo. En su gran mayoría esos bilionarios han conseguido esas inmensas fortunas con esfuerzo, sacrifico y suerte.
Los socialistas en cambio han basado su ideología en “quitarle a los ricos para darle a los pobres!”, y con ese cuento han cautivado a millones y se han apoderado de países como Cuba, Nicaragua, Venezuela, Argentina y ahora Perú, en América Latina.
Pero no hubo tal repartición de la riqueza con ese socialismo latinoamericano. Se robaron la riqueza y repartieron la pobreza. Hubo saqueos, robos y destrucción del aparato productivo de esos países.
Ese socialismo es un engaño que empobrece y acaba con los países donde llega. Pero la riqueza definitivamente tiene una función social. La riqueza no luce ni sirve acumulada. Sirve y luce repartida sirviéndole a todos, generando bienestar colectivo, No individual!
