Los principales partidos de oposición de Venezuela dijeron el martes que participarán en las elecciones regionales y locales de noviembre, un cambio de estrategia luego de boicotear elecciones anteriores que argumentaron que no fueron libres ni justas.
La decisión de la oposición se tomó como un impulso de más de dos años para derrocar al presidente Nicolás Maduro a través de la presión internacional y los llamados a los militares para cambiar de lealtad han fracasado. Los opositores etiquetan a Maduro como un dictador que manipuló su reelección de 2018 y viola los derechos humanos para sofocar la disidencia.
Esa frustración ha llevado a muchos políticos de la oposición a clamar por que Juan Guaidó, un legislador de la oposición elegido en 2015 y luego reconocido por Estados Unidos como presidente interino, cambie de táctica, ya que las sanciones de Estados Unidos se suman a los problemas económicos de los miembros de la OPEP. Lee mas
“Para los que piensan que la solución no es electoral … entonces ¿cuál es?” Henry Ramos Allup, líder del partido de oposición Acción Democrática, preguntó en una conferencia de prensa en Caracas.
Maduro dio la bienvenida al anuncio de la oposición como un cambio de los llamados a sanciones e intervención militar.
“La decisión de participar nuevamente en las elecciones es digna de aplauso”, dijo en la televisión estatal. “Me sentaré en mi sillón con palomitas de maíz el 21 de noviembre para ver votar a Juan Guaidó”.
Más temprano el martes, Freddy Guevara, un líder del partido de línea dura Voluntad Popular de Guaidó, pidió la “coexistencia” con Maduro en lugar de intentar forzar un cambio de gobierno.
La Plataforma Unida Venezolana, una agrupación de partidos de oposición, dijo en un comunicado que las elecciones no serían “justas ni convencionales”, pero que, no obstante, la votación sería un “campo de batalla útil” para impulsar elecciones presidenciales y parlamentarias.
Mientras tanto, representantes del gobierno de Maduro y la oposición se preparan para las negociaciones del 3 al 6 de septiembre para resolver la crisis política del país sudamericano.
