La animadversión del Presidente Petro hacia todo lo que suene a Antioquia es evidente, hasta el punto de negarse a visitar los proyectos estratégicos que se desarrollan como el Túnel del Toyo, igualmente para demostrarnos ese rechazo, ha integrado a los cargos del gobierno a empleados de la administración del exalcalde Daniel Quintero con personas cuestionadas o investigadas por malos manejos y corrupción en el desempeño de sus cargos; una muestra fehaciente es el recientemente nombramiento de Jorge Carrillo en la Presidencia de ISA, porque sabe que en las huestes de EPM y de la Alcaldía, esa elección es una afrenta hacia los medellinenses o quizás pretende apoyar a una eventual campaña a la Presidencia a quien se robó cuanto pudo por medio de funcionarios de su administración en su paso por la capital del departamento.
En Antioquia se conjuga el desarrollo de la infraestructura vial y de servicios con la inversión en educación y la salud y por eso los presupuestos están encaminados a lograr un equilibrio entre las reales necesidades y las posibilidades de desarrollo, promoviendo proyectos que apalanquen las exportaciones y el intercambio de bienes y servicios entre los otros departamentos, con énfasis en la región de Urabá que abrirá las puertas al mundo con el puerto y la vía desde Medellín, estas son las obras que tanto incomodan al Presidente en aquella zona que ha visitado en sus periplos populistas.
En buena hora se ha impulsado la firmatón para lograr la autonomía regional del manejo de los recursos fiscales y de paso, liberarnos del yugo centralista del Estado, así no le guste al cuestionado Presidente por la encuesta de Invamer con el 70% de los antioqueños insatisfechos con los resultados de su gobierno.
Gustavo Petro fue elegido Presidente para gobernar el 100% de los xolombianos y con colombianos, no con una camarilla de áulicos que han cohonestado con la corrupción y con terroristas foráneos que han llegado de otro continente a engrosar sus arcas con los dineros del Estado, todo esto con su estilo de implantar una ideología que va en contravía de un adecuado desarrollo económico y montando peleas con cuanto ciudadano y Estado existe; el Presidente no entiende que esa forma de gobernar es la que no le gusta a los antioqueños y por eso se le endilga como un mal gobernante.
No en vano el gobernador Andrés Julián Rendón, solicita al presidente Gustavo Petro, entregue la construcción de las vías, la terminación del Túnel de Toyo y aún la segunda pista del aeropuerto José María Córdova, además que también se le otorgue mayor autonomía y el manejo de los recursos fiscales al departamento, porque con el sesgo como gobierna poco lograremos del gobierno central; estamos convencidos que podemos hacer las cosas mejor sin el yugo del Estado centralista.