viernes, julio 18, 2025
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(OPINIÓN) ¿Por qué Abelardo de La Espriella, ¿sí?

En un país sacudido por la incertidumbre, acosado por la inseguridad, la corrupción y la amenaza del populismo, se alza una figura que representa lo que muchos colombianos anhelan recuperar: orden, carácter, libertad y defensa de la Patria. Abelardo de la Espriella, abogado, empresario y comunicador, ha demostrado con hechos y palabras que no le teme a la verdad ni a los poderosos. En tiempos donde reina el silencio cómplice, él habla. Donde muchos se acomodan, él se enfrenta.

Formación y trayectoria profesional

Nacido en Montería, Abelardo de la Espriella es abogado de la Universidad Sergio Arboleda, con especializaciones y estudios en Derecho Penal, Criminología y Derecho Internacional. Su ejercicio profesional ha sido intachable, defendiendo con rigor jurídico casos complejos, incluso aquellos que lo enfrentaron con las élites del poder. Su firma, De la Espriella Lawyers, es una de las más reconocidas del país, y se ha convertido en símbolo de eficiencia, éxito y carácter.

Pero su influencia va más allá del derecho. Abelardo es también empresario, columnista, escritor y artista. Ha combinado el ejercicio profesional con la creación de espacios de opinión libres y confrontativos, donde la verdad se dice sin adornos.

Defensor de Colombia y de sus principios fundamentales

Desde hace años ha tomado una postura clara y decidida: defender a Colombia de quienes pretenden destruirla desde adentro. En un momento donde muchos líderes guardan silencio o bajan la cabeza ante el autoritarismo populista, él alza la voz para denunciar la corrupción, el desgobierno, el ataque sistemático a la familia, la democracia y la empresa privada que representan el corazón del progreso.

No teme llamar las cosas por su nombre. Gustavo Petro, sus cómplices y sus políticas destructivas han sido desenmascaradas por De la Espriella sin titubeos. Ha sido uno de los pocos en enfrentar el relato oficialista con argumentos, valentía y sin cálculos politiqueros. Su claridad ideológica y su amor por Colombia lo han convertido en referente moral e intelectual de la nueva derecha democrática del país.

Un hombre de orden, libertad y valores

Abelardo representa lo que muchos colombianos buscan hoy: disciplina, justicia, valores y libertad. Es un férreo defensor de la familia, del respeto por la ley, de las buenas costumbres y del emprendimiento. Cree firmemente en una economía libre, en la necesidad de fortalecer a las Fuerzas Armadas, y en la reconstrucción del tejido moral de la nación.

En su visión del país, la justicia no se negocia, el orden no se improvisa, y la libertad no se entrega a manos del populismo. Su pensamiento, similar al de Nayib Bukele, plantea que el combate contra el crimen, la corrupción y el desgobierno no puede darse con tibieza. Se requiere decisión, carácter y firmeza.

¿El mejor candidato de la derecha?

La derecha en Colombia necesita algo más que discursos conservadores o posturas acomodadas. Necesita liderazgo real, que combine preparación, éxito comprobado, independencia, coraje y visión de país. Abelardo reúne todos esos elementos. A diferencia de otros, no ha sido parte del sistema corrupto ni ha tranzado sus principios por conveniencia. Es independiente, coherente y audaz.

Si llegara a ser candidato, no solo representaría una alternativa real para millones de colombianos que no se sienten representados por el actual gobierno, sino que se convertiría en el símbolo del contraataque ciudadano frente al populismo que intenta someter a Colombia bajo una dictadura disfrazada de democracia.

Capaz de soportar y superar la violencia del populismo

Un eventual cambio de gobierno no vendrá sin resistencia. Los populistas no entregan el poder con facilidad. Quien se enfrente a ellos deberá soportar ataques, mentiras, persecución judicial y amenazas. Abelardo ya ha pasado por todo eso y no se ha quebrado. Su historia demuestra que no necesita aprender a resistir: ya lo ha hecho.

Él no teme a la persecución porque su conciencia está tranquila, su respaldo está en la gente y su lucha es por principios, no por intereses personales. Tiene el carácter, la experiencia y la piel dura que se necesita para liderar una transición difícil pero necesaria.

POR TODO ESTO, ABELARDO DE LA ESPRIELLA, SÍ.
Porque Colombia necesita más que políticos: necesita valientes.
Porque los principios no se negocian.
Porque la libertad se defiende.
Porque el silencio no es una opción.

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