Con una inversión cercana a los $1.500 millones de pesos, la Unidad de Víctimas, trabaja en la implementación de proyectos productivos y obras comunitarias para esta población, dada su resiliencia y resistencia ante la violencia.
Son alrededor de 1.200 víctimas directas de las veredas Claritas; en Carolina del Príncipe, San Juan (San Roque), La Florida (Carmen de Viboral), Bonilla y La Meseta (El Peñol) resurgen con nuevos cultivos, proyectos productivos y obras comunitarias.
Con estas iniciativas se ha logrado una restauración de la economía local, mejorado viviendas, escuelas, centros de salud, vías y servicios públicos.
Es de indicar que la estrategia sicosocial para la recuperación emocional de las víctimas también ayuda a sanar los traumas causados por la violencia y reconstruir sus vidas.
En el marco de ayudar a salir adelante a las víctimas de la violencia y superar la vulnerabilidad causada por los desplazamientos, también se mejoró el acceso a servicios públicos tales como acueducto, alcantarillado, energía, e internet, teniendo como base principal la seguridad alimentaria con el programa Maná, educación, salud y legalización de predios.
Según la información estas veredas que vuelven a habitarse y dar cosechas de café, caña, frutas, hortalizas y producción avícola fueron abandonadas entre 1996 y 2004, en la época más cruenta del conflicto armado por la disputa violenta entre las guerrillas y los grupos de autodefensas.
