Carolina Corcho ha insistido en la necesidad de que «tiene que haber una crisis explícita, clara, que le permita a la sociedad entender que se requiere el cambio».
¿Acaso la ministra desea generar una crisis que demuestre que el actual sistema de salud no sirve y que es necesario acabarlo con una reforma como la que se pretende hacer en la salud?
Solo basta con mirar como una jefe de cartera en el Congreso solicita menos dinero que el presupuestado para su gestión. Es la primera vez que esto sucede en el país, o es tal el revanchismo político que sufre Carolina Corcho, que prefirió decir que los 8.1 billones de pesos que dejo presupuestado Iván Duque, es mucho dinero y que prefiere 3.8 billones.
Centros de estudio han indicado que si bien el sistema presenta fallas, comparados con otros planes de salud en países de Latinoamérica, es bueno.
Carolina Corcho siempre ha tratado de mostrar, incluso con cifras falsas, que existe la necesidad de acabar con las EPS y llevar de nuevo la salud al marco de una prestación totalmente pública.
La actual fórmula de prestación de salud se implementó por las fallas y mal servicio que presentaba el sistema público basado en el (ISS), Instituto de Seguros Sociales. Seguramente por su edad de 39 años, la ministra no conoció lo que tenían que vivir los usuarios de la salud, para obtener los servicios en el Seguro Social.
La gente que, por las fallas de ese sistema, no accedían a la salud pública, debieron acudir a las empresas de medicina prepagada que, si bien tenían importantes costos, lograron que muchos fueran atendidos en aquellas áreas que el Seguro Social no cubría.
El Superintendente de Salud Ulahi Beltrán, que como médico siempre ha estado en el sindicalismo, en menos de un mes ya ha liquidado dos EPS y de seguro liquidara otras 14 que están en vigilancia, un aporte más a la «crisis explicita» que desea la ministra.
Son muchos las mensajes contradictorios sobre la reforma a la salud. Esto, al parecer, es una política del gobierno, «si, no, de pronto, a lo mejor». Según se informó, solo hasta el mes de octubre se conocerá el borrador de la reforma que se llevará al Congreso en el primer semestre del 2023 y así los colombianos podrán hacerse una idea de lo que se viene en materia de salud.
Otra preocupación es que, al centrar toda la salud en el Estado, ¿quién manejaría y vigilaría los presupuestos de cerca de 70 mil millones de pesos y como se garantiza que los corruptos no se apropien de muchos de estos dineros?
En los países donde la salud es pública, con base en la prevención como se pretende hacer en Colombia, la experiencia no hay sido buena. Es más: en algunos sitios se ha considerado un rotundo fracaso.
Lo cierto es que los expertos indican que acabar con lo que se ha logrado, sería un enorme retroceso y un error fundamental, pero parece que la soberbia de la ministra Corcho no la deja escuchar y cree ser la única poseedora de la verdad con respecto a la salud.
