Por Alexánder Barajas
La USDA confirmó varios casos de Peste Porcina Africana (PPA) en cerdos de traspatio de República Dominicana (RD); los primeros brotes de esta devastadora enfermedad en América luego de varias décadas.
Hasta el 29 de julio de 2021 duró el feliz aislamiento de América respecto a la epidemia de PPA que desde 2017 viene golpeando duramente la actividad pecuaria en Asia, África y Europa (este y centro).
En el mayor mercado del mundo, China, provocó un cataclismo que afectó no solamente la disponibilidad y precio globales de la carne de cerdo; también impactó el costo de las materias primas (cereales y oleaginosas) y otros servicios para la actividad pecuaria.
El primer efecto luego del anuncio del Departamento de Agricultura de EEUU y el gobierno dominicano fue el estupor regional ante la posible vulnerabilidad del resto del Caribe y de la parte continental americana.
La poderosa industria cárnica estadounidense está “protegida” de tiempo atrás, pues la prevalencia de peste porcina clásica (PPC) en RD hace imposible que se comercialice carne de cerdo desde La Española, isla afectada también por episodios activos de diarrea epidémica porcina (PED) y síndrome respiratorio reproductivo porcino (PRRS).
Se espera que se recrudezcan los controles a cargas y turistas, así como que la prohibición comercial se pueda extender para otros productos agropecuarios dominicanos. También para los viajeros, pues RD es destino turístico de toda América y el mundo.
En Brasil, el otro gran productor y exportador mundial de cerdo, deben estar las alarmas encendidas y por ende el refuerzo a las medidas preventivas no demorarán. Colombia no es un gran país productor ni mucho menos exportador, pero la preocupación es creciente: cuatro vuelos diarios entre Bogotá, Medellín y Punta Cana.
Con cualquier resquicio posible, de RD el patógeno de la PPA puede expandirse a las Antillas mayores y menores hasta llegar al continente por la Florida, Yucatán o Venezuela, país sumido en una grave crisis económica y social, por lo cual no se espera que pueda actuar como un escudo competente.
Si América corre la mala suerte del Viejo Mundo con la PPA, la afectación será enorme para los grandes conglomerados cárnicos exportadores. Dependiendo dónde golpee en tierra firme, la PPA puede provocar una sobredemanda de otras carnes y aumentar sus precios internacionales.
Igualmente, “liberar” millones de toneladas de maíz y soya destinadas para los cerdos, lo que aliviaría la actual presión en los precios que sufren estos insumos. ¿Qué pasará con megaproyectos porcinos como los que se cuecen en Argentina con capital chino?
En fin, el panorama todavía es incierto pero lo concreto es que el mar y la distancia ya no nos protegerán más. El refuerzo continental en la bioseguridad debe ser la consigna para tratar de contener y erradicar tan pernicioso virus. Que ojalá se ahogue ese huracán.
