- Apatía: Dicen que los políticos siempre han sido malos y que para vivir bien y libre, solo es necesario el trabajo y esfuerzo propio. Esas personas viven en un burbuja de jabón que creen que la política no afecta sus vidas y por ende no les interesa.
- Delegar: Creen que un caudillo, un partido político o un militar va a salvarlo de la perdida de la libertad, tanto física como económica. Esas personas consideran que si único deber democrático es depositar un voto cada 4 años y dejar que esos mandatarios se autocontrolen.
- Luchadores: Defienden sus ideas, tienen objetivos y consideran que para vivir mejor, es necesario controlar las personas o entidades que pueden abusar de su poder. Son personas que de manera egoísta, quieren un bienestar para desarrollar su proyecto de vida.
Los brasileños, los iraníes y los ucranianos, hoy están en las calles luchando por su libertad, saben que si caen en las manos de unos sicópatas fundamentalistas pierden todo y por eso, no se rinden aún.
Luego de una lucha, que va tener bajas, se vence o se sale derrotado.
Si vencen, recuperan su país y su libertad, si pierden, solo les queda la democracia de los pies o años y años de miseria colectiva.
Los colombianos hemos sido muy timoratos y hasta cobardes a la hora de hacer respetar nuestros derechos.
Con el presupuesto aprobado la semana pasada y con lo que están pasando hoy con la reforma tributaria, sería más que suficiente para incendiar el país hasta que caiga el presidente y todos los congresistas.
¿Será que seguiremos esperando a que un ser celestial nos salve o vamos a abandonar el país o vamos a luchar por él?
El 19 de noviembre está muy lejos, que es la movilización hacia Bogotá, para ese día, ya no tendremos nada.
