viernes, abril 19, 2024
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Las Luchas feministas: Llegaron por los feministas

Cada día me sorprende más la capacidad de las “feministas” de 3ra ola de reinventarse y encontrar nuevas causas y enemigos contra los cuales indignarse y enfilar baterías.

Yo, que soy lo que ellas llamarían “una buena hija del patriarcado”, no podía salir de mi asombro al conocer a este nuevo enemigo que me presentaban: Los hombres que son médicos Ginecólogos y Obstetras. A continuación las principales razones que exponen para boicotear a estos profesionales de género masculino

  1. Practicar violencia obstétrica
  2. Acoso a pacientes
  3. Incurrir en Mansplaining

A continuación daré mi opinión sobre los tres motivos por los que alegan que los médicos hombres no deben practicar estas especialidades relacionadas con el estudio del cuerpo femenino.

Para tratar el primer punto comienzo explicando qué es.

La violencia obstétrica, son todas las malas praxis y las que van en contravía de los deseos de la paciente. Es aquella violencia que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres expresada en un trato deshumanizado un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales

Algunos de los más habituales son: la medicación para acelerar el parto, el uso de instrumentales como fórceps, practicar la episiotomía (incisión entre la abertura vaginal y el ano), cesáreas innecesarias, ser anestesiadas sin solicitarlo, tactos en exceso o practicados por diferentes profesionales o aprendices, dilatación manual, legrado sin anestesia, las prácticas sobre su hijo neonato, etc.

Este tema de violencia obstétrica tiene muchos factores a evaluar, algunos como:

  • La conveniencia de un parto en casa por el deseo de la madre sabiendo que tienen una tasa de mortalidad neonatal del triple comparado al hospitalario
  •  ¿Hasta dónde llegan los derechos de la paciente que quiere que se le respeten sus deseos aun cuando estos  puedan estar en contra vía del concepto profesional del médico que le atiende o de la propia vida del bebé y la madre?
  • ¿Qué peligros puede acarrear para ella y el neonato el derecho de la mujer de hacer su trabajo de parto y post parto sin que ningún profesional opine o intervenga medicamente sobre el cuerpo de la paciente de forma “violenta” (entendiendo VIOLENTA por lo que la paciente considere subjetivamente lo que es ejercer violencia sobre su cuerpo) o sin su permiso?

Pero llegando al tema que quiero discutir, que es el vetar a los doctores ginecólogos y obstetras, la violencia obstétrica no es exclusiva de los médicos obstetras. Una mujer obstetra o una enfermera pueden infringir igualmente este tipo de violencia en sus pacientes. Es más, según un estudio del año 2019 publicado por la Revista Mexicana de Medicina Forense, el 75% de los casos en relación a violencia obstétrica son causados por los profesionales de enfermería, el cual es un gremio compuesto en su gran mayoría por mujeres. Además esta problemática se soluciona incluyendo protocolos en los hospitales y políticas públicas que protejan a la mujer y garanticen la calidad y uniformidad en la atención, no eliminando a los doctores del género masculino.

El segundo punto, respecto al acoso a las pacientes. Es el mismo caso cuando las feministas de tercera ola quieren meter en el mismo saco a todos los hombres diciendo que todos son violadores en potencia, queriendo hacer creer a las mujeres que cuando se va a una cita ginecológica corren un gran riesgo de ser acosadas verbalmente, de ser tocadas indebidamente y hasta violadas. Claro que ha habido casos como el del doctor George Tyndall en California quien abusó de muchas de sus pacientes, pero estos casos son la excepción, no la regla. No es correcto vender humo y un mito urbano de que debes estar prevenida porque es muy probable que te suceda. Este tipo de mitos ya ha tenido sus efectos, pues según un artículo de Los Ángeles Times del año 2018 los hombres están dejando la ginecología. En 1.970 más del 90% de los ginecólogos eran hombres, hoy sólo el 40% y con perspectivas a la baja, ejemplo: en el Centro Médico de la Universidad de Nebraska los residentes hombres del departamento Gineco obstetra son sólo alrededor del 17%.

Inhabilitar el ejercicio de una especialidad por el género es discriminatorio, y se supone que la lucha del feminismo es por la igualdad de oportunidades.

Para finalizar el tercer punto y desde mi perspectiva el menos coherente: acusar a los médicos ginecólogos de incurrir en mansplaining al hablar de los cuerpos femeninos y sus procesos cuando ellos por ser hombres no saben ni han experimento lo que es tenerlo.

Según este planteamiento sólo las mujeres al tener aparato reproductor femenino pueden ser médicas gineco obstetras. Entonces, siguiendo esta lógica, una mujer médico no podría ser uróloga, ni podría estudiar el cuerpo masculino. Las ginecólogas que nunca han sufrido de cólicos menstruales ni han tenido hijos son aptas para el trabajo. Y si nos vamos a cada una de las especialidades los oncólogos tendrían que haber tenido algún tipo de cáncer, los cardiólogos una patología en su corazón, etc.

Esta retórica también descalifica a los hombres para diseñar vestuario de mujer, a los entrenadores en los gimnasios para crear nuestras rutinas de ejercicios, los cirujanos plásticos tampoco pueden modificar nuestros cuerpos. Entonces esto nos llevaría eventualmente en que hay que terminar la interacción hombre – mujer y volver por ejemplo a la época en que los colegios masculinos solo con profesores y colegios femeninos solo con profesoras.

Además decir que un médico ginecólogo, que ha pasado al menos 3 años estudiando exclusivamente la anatomía y las enfermedades del sistema reproductor femenino, no tiene el conocimiento para hablar desde una posición superior que le otorga este saber, denota una completa ignorancia y los deseos de polemizar sin analizar un poco antes. Por eso creo que cuando el feminismo se queda sin argumentos inventan términos como “mansplaining” el cual usan indiscriminadamente para rechazar argumentos sólo porque los da un hombre.

Quiero terminar haciendo un reconocimiento a todos los médicos ginecólogos, obstetras y científicos que han ayudado y salvado las vidas de tantas mujeres y sus bebes a lo largo de la historia con sus trabajos e investigaciones. Desde Sushruta (VI AC) quién escribió el primer libro quirúrgico sobre el parto, Sorano de Efeso (98 – 138 DC) padre de la ginecología, Young Simon (1.774 – 1.870) quién introdujo el uso de la anestesia en ginecología, Georgios Papanicolaou (1.883 – 1.962) quién creo la prueba temprana para detectar el cáncer de cuello uterino, hasta el gran Denis Mukwege el ginecólogo congoleño Nobel de la paz  a quien llaman doctor milagro por su capacidad para reparar a las mujeres que han sido violadas en la República del Congo. Y tantos otros que han aportado y aportan hoy en día como el ginecólogo oncólogo de nuestra familia, quien trató a mi mamá de cáncer de seno y quien me revisa cada año con todo el profesionalismo y cuidado. Muchas gracias!

Fuentes

  • Revista Mexicana de Medicina Forense
  • Tesis de Daniela Rey , estudiante sociología UBA
  • Mayo clinic. Org
  • OMS
  • Eldiario.es
  • BBC.com
  • Los Angeles Times
  • Wikipedia
  • Economiafeminita.com

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