Por Héctor López Ruiz*
Hoy quiero referirme a la influyente figura política en que se ha convertido César Gaviria Trujillo y con ello analizar como logró obtener dicho reconocimiento.
Recordando un poco lo que ha sido su trayectoria y los resultados obtenidos para el país durante su gobierno, no se encuentran elementos ni suficientes méritos para llevar las riendas y banderas democráticas del liberalismo en Colombia, partido político de tradición y respetuoso de los procesos democráticos. Se los digo yo que he sido conservador por más de 5 décadas y que conozco la dinámica política de este país.
Recordemos también como luego del holocausto de Luis Carlos Galán, su hijo se sintió con el derecho que consideró heredado, y entregó dichas banderas del partido en el cepelio de su padre, a César Gaviria Trujillo para que fuera presidente, y lo fue.
Podríamos considerar entonces que lo que inmerecidamente se recibe poco se honra, poco se valora, o por lo menos podría no dimensionarse en su justa medida y total responsabilidad. Es así que Gaviria, hablando a nombre de un colectivo, acaba de entregarle a Gustavo Petro, fiel representante de lo que es la izquierda radical, las banderas del nuevo liberalismo, para muerte de la democracia en Colombia.
Esta fortalecida maquinaria que por décadas ha aceitado el partido liberal y que ha transitado por la vía democrática, acaba de unir su camino al personaje que representa también al movimiento M19 que ondea banderas siempre que Gustavo Petro está en plaza pública y de la misma forma el partido FARC – Comunes han manifestado que este personaje los representa.
Entonces esto donde deja a la militancia que es respetuosa de la vida, de la democracia, de las instituciones y de la legalidad, de la vía del debate y otros procesos para obtener el poder alejados de las armas y contrario a lo que Gustavo Petro representa.
¿Cómo esperar entonces que un personaje como Petro, que alienta enfrentamientos cada día en el país pero sin ninguna propuesta viable o con piso, respete la democracia si es ésta la herramienta que no le ha permitido llegar al poder y la que se ha vuelto un obstáculo para su agenda?
Por favor no olviden lo que éste personaje ha dicho en diversas entrevistas y cuya información ha sido tomada a la ligera por los jóvenes que aún no tienen claros los conceptos de libertad y democracia, precisamente porque previamente se trabajó para que ellos tuvieran el país que hoy tienen, de lejos mejor que muchos otros países cuyos modelos de gobierno hoy pretenden imitar.
¿Cómo olvidar que Petro mencionó en una entrevista con Vicky Dávila hace pocos años, que su proyecto político apuntaba a 16 años de gobierno?… Prometió y balbuceó tantas cosas con las tierras de incauca, con expropiaciones, obras absurdas en su costos, tiempo y afectación ambiental y ahora también promete acabar con nuestras EPS entre otras insensateces. Y es a este cúmulo de necedades a lo que se le entregan las banderas del nuevo liberalismo, para que éste pésimo administrador, cómo demostró serlo en Bogotá, dañe lo que marcha bien y que podría mejorar en las manos correctas, pero que además se brinda la oportunidad de que se atornille al poder como lo hicieron sus antes amigos y/o mentores o modelos a seguir, Chávez y Castro.
¿Será entonces el fin de nuestra democracia?
*Director financiero Unaula
