La reaparición de Armando Benedetti en las más altas esferas del Gobierno de Gustavo Petro ha provocado una tormenta política que dejó al descubierto profundas divisiones internas en el Ejecutivo.
La crisis escaló este martes cuando varios ministros y la vicepresidenta Francia Márquez se negaron a asistir al Consejo de Ministros en señal de protesta por la cercanía entre el Presidente y Armando Benedetti.
El epicentro de la polémica
El malestar comenzó a gestarse la semana pasada, tras el anuncio del retorno de Benedetti al entorno cercano de Gustavo Petro. Este martes, la tensión alcanzó un punto crítico cuando ministros clave, liderados por Francia Márquez, desafiaron directamente la autoridad del mandatario.
Entre los más vocales en su oposición están el ministro de Defensa, Iván Velásquez; la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez; y el director de Planeación Nacional, Alexander López, quien tiene un historial de confrontaciones con Benedetti.
Gustavo Bolívar, conocido aliado político de Petro pero abiertamente opuesto a Benedetti, fue señalado como el principal orquestador del bloque de resistencia que incluyó a otros funcionarios como el ministro de Cultura, Juan David Correa, y el Ministro de Educación, que habría aprovechado la coyuntura para desviar la atención de sus propios problemas relacionados con el Icetex.
El detonante de la rebelión fue una fotografía tomada el pasado lunes en la que Benedetti, Petro y Laura Sarabia posaban juntos. Según fuentes internas, Sarabia se mostró inicialmente reacia a reconciliarse con Benedetti, pero fue prácticamente obligada por el Presidente a «arreglar las cosas».
Una figura divisiva
Benedetti, figura polémica pero estratégica, fue clave en la campaña presidencial de Gustavo Petro, especialmente en su manejo político y electoral. Su regreso, aunque presentado como secundario, es visto por muchos dentro del gobierno como un movimiento que le devolverá una influencia significativa, algo que incomoda a numerosos ministros.
El impacto de su retorno no solo se limita al Consejo de Ministros. La vicepresidenta Francia Márquez, quien ya tenía tensiones con Gustavo Petro, considera que este episodio agrava aún más su relación con el mandatario de los colombianos. En corrillos políticos se habla de una relación «marchita» entre los dos líderes, lo que podría tener implicaciones para la gobernabilidad.
Una rebelión que deja cicatrices
La rebelión de los ministros no pasó desapercibida y dejó a Petro en una posición debilitada frente a su propio equipo. Aunque el mandatario intentó justificar el regreso de Benedetti como una estrategia de manejo político de cara a las elecciones, no logró apaciguar las críticas internas.
Petro advirtió que Benedetti no tendrá un papel predominante, pero muchos creen que será su «consejero en la sombra». Este escenario ha generado especulaciones de que la crisis ministerial que se esperaba para enero podría adelantarse, con posibles cambios en el gabinete como consecuencia directa de esta confrontación.
¿Qué sigue para el gobierno Petro?
La llegada de Armando Benedetti no solo ha desestabilizado al equipo de gobierno, sino que también ha generado críticas en sectores aliados del petrismo. Hollman Morris, otra figura influyente en el círculo cercano al Presidente, también ha manifestado su descontento, avivando la posibilidad de una nueva rebelión en el ala más cercana al mandatario.
Mientras tanto, desde la oposición se calificó la situación como «el tren de Benedetti», sugiriendo que el presidente ha cedido demasiado poder a una figura tan controvertida.
La crisis desatada por el retorno de Armando Benedetti podría marcar un antes y un después en el gobierno de Petro. Con las tensiones en su punto máximo y una relación fracturada con varios ministros y la vicepresidenta, el mandatario enfrenta un desafío monumental para recuperar el control de su gabinete y fortalecer su liderazgo.