MUNDO. Un juez de la Corte Suprema de Brasil anuló el lunes las condenas penales contra el ex presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, una medida que podría permitirle al político popular presentarse a las elecciones presidenciales del próximo año.
La decisión sacudió a los mercados financieros y alteró los pronósticos para la carrera de 2022, y muchos inversionistas apostaron a que polarizaría a los votantes entre el presidente Jair Bolsonaro, un populista de extrema derecha, y Lula, su mayor oponente de izquierda.
En una decisión sorpresiva, el juez Edson Fachin dijo que un tribunal de la ciudad sureña de Curitiba carecía de autoridad para juzgar a Lula por cargos de corrupción y que debía ser juzgado nuevamente en tribunales federales en la capital Brasilia.
Bolsonaro, hablando con reporteros en Brasilia, dijo que esperaba que la decisión sea revocada cuando sea revisada por la Corte Suprema en pleno. Agregó que no creía que los brasileños quisieran que Lula se postulara el próximo año.
La oficina del fiscal general de Brasil dijo que apelará la decisión.
El real brasileño se hundió alrededor de un 1,5% a un nuevo mínimo de cuatro meses después de la noticia y el índice bursátil Bovespa cayó un 4%. El real cerró a 5,7779 por dólar, su nivel más bajo desde mayo del año pasado.
Los analistas financieros dijeron que la perspectiva de la candidatura de Lula probablemente llevaría a Bolsonaro a abandonar las reformas económicas que realizó en 2018 y adoptar más medidas populistas para apuntalar el apoyo.
“Con Lula elegible, la posibilidad de que este gobierno actual vaya totalmente hacia el populismo aumenta aún más”, dijo Alfredo Menezes, socio gerente de Armor Capital.
Lula, de 75 años, gobernó el país y la economía más grande de América Latina entre 2003 y 2011, supervisando un auge de las materias primas que impulsó el crecimiento económico.
En 2018, fue condenado por aceptar sobornos de empresas de ingeniería a cambio de contratos públicos y pasó un año y medio tras las rejas, hasta que la Corte Suprema dictaminó que él y otros podían apelar sus casos sin cumplir condena.
Lula y sus partidarios criticaron al grupo de trabajo anticorrupción que lo derribó, llamado Operación Lavado de autos, como un esfuerzo impulsado por la política. Las conversaciones filtradas en 2019 plantearon dudas sobre si los investigadores habían tomado atajos para asegurar los enjuiciamientos. El grupo de trabajo se disolvió en febrero.
En una nota, el equipo legal de Lula dijo que la decisión del lunes fue un reconocimiento de que el expresidente era inocente.
Su condena le había impedido postularse para otro mandato presidencial en 2018.
El carismático ex líder sindical es una figura polarizadora, pero aún amado por gran parte de la clase trabajadora de Brasil por sacar a millones de personas de la pobreza a través de generosos programas de bienestar social.
Lula es el único de los 10 posibles candidatos para 2022 que superó al presidente en una encuesta de la empresa de encuestas Ipec, publicada en el periódico O Estado de S.Paulo la semana pasada.
Encontró que el 50% de las 2.002 personas que entrevistó “ciertamente” o “podrían” votar por Lula, en comparación con el 38% de Bolsonaro. Alrededor del 44% de los encuestados dijo que nunca votaría por Lula, mientras que el 56% nunca votaría por Bolsonaro, según la encuesta.
