jueves, marzo 28, 2024
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Intoxicación electoral

Por: Álvaro Ramírez González

Noventa días nos separan a los colombianos de las elecciones para congreso de la República y ciento cincuenta para la primera vuelta presidencial. Nos espera una intensa jornada de reuniones, concentraciones, debates, encuestas, enfrentamientos y bochinches inherentes a esa agitada y estridente fiesta política, tanta bulla, tanta propaganda, tanto acoso al elector primario producen necesariamente una intoxicación electoral que satura, confunde y aturde al electorado en general. Ya están alborotadas las redes anunciando, acusando y descalificando candidatos.

Buena parte de esa campaña es cierta, pero otra muy buena parte está fabricada y dirigida desde las famosas “bodegas “, que son unos centros de distribución masiva de mensajes falsos para confundir todavía más al elector, también viene una cosecha de encuestas de varias empresas encuestadoras que van mostrando el avance de cada grupo y candidato en estos pocos días que faltan para votar.

Me confunde y me preocupa que buenos y malos candidatos andan en esencia diciendo lo mismo, una buena parte de la población los distingue, pero otra muchísimo más numerosa no lo hace y es presa fácil de la confusión, en medio de tanta estridencia electoral. ¿Qué sigue? ¿Quiénes tomarán la delantera? pues los mismos que ya la han tomado.

1.Gustavo Petro. Encarna la extrema izquierda colombiana y es la expresión política del terrorismo de FARC y ELN. Hace muy poco un comando del ELN, detuvo a unos civiles para entregarles publicidad política de Petro en un paraje del Norte de Santander y el partido FARC también está con El. Diferenciado por que representa la destrucción del aparato productivo y la repartición desenfrenada de tierras y bienes del Estado. “Lo que nada nos cuesta, volvámoslo fiesta”

2.Rodolfo Hernández. No es normal encontrar en la baraja política a un ciudadano de 76 años de edad, millonario, empresario exitoso y metódico que abandona su zona de confort para salir a detener “la robadera y el despilfarro “. Además, lo diferencia el hecho cierto de que no hace alianzas con políticos ni acepta por ahora apoyo real de ninguno. ¿No hace eso diferencia con todos los demás? No hay pues manera de hablar de política electoral hoy en Colombia sin subrayar a Petro y a Hernández, al fin y al cabo, son primero y segundo en las encuestas, nada que hacer.

Todos hablan no solo de ganarle a Petro, sino ya, de detener la acelerada curva ascendente de Hernández y ¿Cuál es entonces el sentido de este artículo? No es hacerle campaña a nadie, es bien claro ya que está columna no acompaña ningún candidato, perdería objetividad y lectores por miles.

La gran preocupación es que buenos, regulares y malos, andan diciendo y proponiendo lo mismo, eso seguramente molestará a los buenos candidatos, pero es la cruel realidad. ¡Los discursos pueden con todo!, ¿Cómo puede un ciudadano normal, diferenciar entre unos y otros, en tan poco tiempo y con esa avalancha de propuestas y candidatos?

Del grupo de la Esperanza saldrá un solo candidato en marzo, y del grupo por Colombia, igualmente saldrá un solo nombre, eso elimina más de 10 precandidatos y descongestiona un poco la contienda, pero, aun así, unos y otros hablan de lo mismo. “Cambio”, es él término común en todas las candidaturas y en todos los discursos.

¿Cómo hace un ciudadano común para diferenciar quien propone un cambio verdadero y quien propone uno falso? Esa intoxicación electoral, ese acoso permanente al elector, y tanta estridencia, en tan pocos días, van a confundir todavía más al votante, y los dos primeros con discurso distinto y diferenciado tienen el camino abonado para alejarse más de todos los demás y perfilarse como finalistas para la segunda vuelta.

¿Cómo despejar una campaña cada día más intoxicada? ¿Cómo cambiar esta tendencia ya marcada?

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