Un informe de inteligencia del Ejército Nacional de Colombia reveló que al menos 80 guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), junto con menores de edad, habrían cruzado la frontera hacia Venezuela como parte de una estrategia para llegar al Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander.
Según el documento, los insurgentes transitaron por los estados venezolanos de Táchira y Zulia antes de ser recibidos por miembros del Frente Efraín Pabón en territorio colombiano. Este movimiento tendría como objetivo fortalecer su presencia en la región y disputar el control territorial con otros grupos armados.
De acuerdo con el informe dado a conocer por Noticias RCN, el grupo insurgente fue organizado en tres divisiones bajo las órdenes de alias Socito o Dumar, un veterano guerrillero con más de 20 años de actividad.
Este líder, señalado por ataques previos como el perpetrado en septiembre de 2024 contra una base militar en Arauquita, coordinó el traslado de los combatientes desde Saravena y Arauquita hacia la frontera con Venezuela.
En territorio venezolano, los guerrilleros habrían recibido entrenamiento especializado en manejo de armas y explosivos antes de ser enviados al Catatumbo. El documento también indica que el grupo trasladado incluía a más de 15 menores de edad, entre ellos tres adolescentes de entre 14 y 16 años.
Estos jóvenes fueron seleccionados y entrenados específicamente para participar en las operaciones del ELN en el Catatumbo, una región considerada estratégica por la presencia de cultivos ilícitos, laboratorios de procesamiento de drogas y rutas de tráfico de insumos químicos.
La llegada de los guerrilleros al Catatumbo responde a una estrategia del ELN para consolidar su control en una región donde compiten con otros grupos armados, como el Frente 33 de las disidencias de las FARC. Según el informe, el objetivo del ELN es debilitar a este grupo rival y recuperar terreno en una zona clave para el narcotráfico.
El Frente Domingo Laín, al que pertenecen los guerrilleros movilizados, habría recibido instrucciones de alias Raúl o “Nacho”, líder del Frente de Guerra Oriental del ELN, para reforzar las operaciones en el Catatumbo. Este frente, que cuenta con aproximadamente 35 hombres, habría solicitado apoyo adicional para sostenerse en la región y expandir sus redes criminales.
Asimismo, el informe detalla que los guerrilleros movilizados portan armamento de alto calibre, incluyendo fusiles AK-47, Galil, M4 y M16, además de explosivos y drones. Se espera que este grupo se establezca en el Catatumbo durante varias semanas para consolidar su presencia y seguir las operaciones contra el Frente 33 del GAOr.
Cuestionamientos sobre la complicidad de Venezuela
El informe de inteligencia generó interrogantes sobre el papel de Venezuela en los movimientos del ELN. Según expertos en seguridad, el gobierno venezolano podría estar facilitando las actividades del grupo insurgente en la frontera. “La narco dictadura de Venezuela es cómplice de lo que hace el ELN y las disidencias en la frontera”, afirmó Luis Villamarín.
Por su parte, el general retirado Jorge Mora destacó que las autoridades colombianas deberían haber estado al tanto de estos movimientos. “Toda la información y alertas tempranas de movimientos de bandidos de Arauca al Catatumbo y toda la información que se ha generado de esta crisis, debió haber sido conocida por el ministro”, aseguró.
El presidente, Gustavo Petro, también se refirió al crecimiento del ELN en el Catatumbo, calificándolo como un fenómeno preocupante.
“¿Por qué el ELN hoy, a pocos meses de que era muy débil, militarmente hablando, es fuerte? Eso tiene unas respuestas, que deberíamos ahondar”, expresó el mandatario. Petro también cuestionó cómo el grupo insurgente logró desplazarse desde Arauca hasta Norte de Santander en un tiempo relativamente corto. “No pueden llegar caminando por las montañas, eso les tardaría meses”, concluyó.
Lo cierto es que esta aparente preocupación por parte del gobierno Petro, dista mucho de las acciones que realmente está llevando a cabo en el territorio para evitar que la crisis humanitaria siga incrementando. Así mismo, su permisividad con las disidencias es altamente cuestionada al facilitar que esta situación se saliera de control y mientras tanto siguiera vendiendo una paz total que no existe y que al parecer no va a existir.
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