viernes, marzo 29, 2024
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¡Hágale, Petro, que no viene carro!

Por Gabriel Higuera de la Cuesta

En mi análisis y manera de ver las cosas, el domingo perdió Colombia toda y, como en la primera vuelta, volvió y ganó con más fuerza y contundencia el hastío de la gente, el cansancio con lo mismo de siempre, la desesperanza, el hambre, tanto odio sembrado y la desigualdad tan brava de este país, una que no vemos o peor aún que no queremos ver, y la idea de cambio que Petro logro venderle a ese país «de olvidados» que seguramente hoy creen y les da esperanza o alguna ilusión de que un gobierno de Petro sí les va a mejorar la vida.

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Ganó porque acudió a los métodos más sucios, nunca antes vistos en la historia política de Colombia, por lo demás a la vista de todos –la justicia incluida– y sin la menor vergüenza, rodeado de todo lo peor y más indecente de los políticos tránsfugas del país como Benedetti, Roy, Cepeda y Bolívar a la cabeza y de frente, por decir lo menos, y utilizando fórmulas no deseadas de la democracia entre otras como las que uso en los territorios indígenas donde los jefes de los cabildos le decían a la gente que si no votaban por Petro les quitaban los beneficios, o en el Bajo Cauca donde los grupos armados obligaron a la gente a votar por él y les tenían que mostrar el tarjetón so pena de retaliaciones fuertes e incluso amenazas de muerte, lo que paso también en Sucre y otras regiones del país bajo su control y dominio, esto por decir solo algunas de las cosas que medio sabemos, más las que no sabemos ni sabremos nunca, pero que las hubo las hubo con certeza y en cantidades.

Ganó gracias al uso y abuso de las redes sociales y su manejo para hacerle creer a la gente tantas mentiras que, repetidas una y otra y otra vez, bien para dañar o bien para posicionarse, como ellos mismo lo dijeron, se fueron convirtiendo en verdad, en sus verdades que lograron convencer y engañar.

Ganaron esos más de 11 millones de colombianos que salieron a votar –solo el 58 % del caudal electoral– para los que en la realidad de su vida cotidiana, el modelo definitivamente no ha funcionado, esos para los que el país de Duque que va tan bien y va a terminar tan bien, pues no va tan bien o no se dan cuenta o no se beneficiaron o consideran que la plata se queda y quedará en los ricos más ricos, para los que ese país «económico» que beneficia a unos pocos privilegiados terminará muy bien el próximo 7 de agosto.

Muchos que votaron por Federico en primera –sobre todo muchos de esos políticos acomodados– se voltearon en segunda, frente a tanta amenaza de Rodolfo de quitarles todo, de arrebatarles su parte.

Y muchos de Rodolfo, que votaron en primera por él solo para que no pasará Federico, votaron por Petro en segunda: esa siempre fue seguramente su idea.

Igual a Rodolfo le falto salir a agradecerle a Federico y a pedirle a sus votantes que lo siguieran, su más grande equivocación, al no ganarse los votos de Federico posiblemente perdió ahí la Presidencia y en vez de agradecerle públicamente, salió a decirle «que les había ganado a los corruptos».

Igual hoy creo firmemente que Petro hubiera barrido a Federico y ahora Duque se va a llevar y a ganar toda el agua sucia de haberle entregado el país a Petro que, si es por cuatro años vaya y venga, de una vez que la gente compare si sí le va mejor con el experimento y de esas tantas promesas de todo tan bueno «si dan tanto», más hay que estar súper alertas y súper atentos a las señales de lo que se nos viene y sigue, que como digo, de llegada y el primer tiempo será seguramente hasta «celebrado» por la manera como moverá sus fichas, nombrará ministros y hará una que otra de sus movidas mentirotramposoengañosas.

Más el lobo está ahí, escondido, lleno de odio y sed de venganza –debe tener un listado escrito– para revisarlo en detalle ahora que está en el poder. Más no por todo lo anterior, se puede bajar la guardia o dejar de trabajar, hay que seguir dándole con toda el alma: Colombia no solo lo necesita, sino que se lo merece. Vamos en hoy.

Va mi ranking de perdedores:

1.       Todos los colombianos sin excepción, empezando por los que creen que ganaron.

2.       El periodismo casi sin excepción o sin excepción.

3.       Rodolfo Hernández que creyó que ya había ganado, rodeado de Ángel Becassino, por ejemplo, que es un argentino que, desde siempre, ha sido de los acérrimos quinteristas, con un contrato mensual vigente a través de Telemedellín, y mercenario de la política, que nunca dejo que Rodolfo le diera públicamente las gracias a Federico no por Federico sino por los votos de sus seguidores y que seguramente al final «se vendió» al mejor postor.

4.       Sergio Fajardo ya en el olvido y la soledad total, chiflado en el INEM el domingo cuando después de votar «solo», mostró con orgullo su voto en blanco.

5.       Iván Duque que, como balance final, se va a llevar el trofeo de la entrega de la posta a la izquierda.

¡Mismo país, distinto chofer! Hágale pues Gustavo, maneje usted a ver cómo es que se hacen bien las cosas y empiece a buscar a quien echarle las culpas de todo. Me da tristeza y duele mucho la credulidad de la gente.

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