Algo negativo se estaría cocinando en la alta clase política de Colombia, especialmente entre el gobierno de Gustavo Petro y las bancadas de los partidos políticos que están representados en el Congreso de la República.
Esta situación, le costaría a Gustavo Petro las mayorías en el Ejecutivo y pondría en riesgo sus aspiraciones de gobernabilidad y de la tan anhelada agilidad que estaría exigiendo para la aprobación de sus reformas y proyectos.
Voces desde el Congreso de Colombia han dado a conocer que la coalición del gobierno está fracturada y avizoran un rompimiento seguro por la fragilidad con que se ha creado el «gran acuerdo nacional», que más bien, podría empezarse a denominar como el «gran desacuerdo nacional».
Es que, al parecer, Gustavo Petro estaría guardando para sí la mermelada con la que ya ha endulzado a sus aliados, dejando por fuera a quienes en un principio se habían declarado como coalición de gobierno y generando un desencantamiento de las promesas del cambio, razón por la que estarían haciéndose a un lado de manera sigilosa.
Otros están optando por revelarse públicamente o por sostener reuniones internas con el fin de tomar decisiones de cara a lo que será su papel definitivo durante los cuatro años de gobierno de Gustavo Petro. Actualmente el gobierno central atraviesa una fuerte turbulencia y quién sabe si logrará salir ileso o si colisionará.
Prueba de lo que hasta aquí se ha dicho, es la reunión que habría sostenido esta semana la bancada del Partido Liberal en el apartamento del expresidente César Gaviria por el inconformismo del partido en la participación del gabinete ministerial.
También es prueba a favor de la fractura que se estaría generando en la coalición del gobierno es el hecho de que los partidos de la U, Cambio Radical, Liberal y Conservador, le montaron coalición al Pacto Histórico con el propósito de respaldar la aspiración a la Contraloría General de la República de María Fernanda Rangel, esto, sin tener en cuenta la directriz del partido de Gustavo Petro.
Otra prueba de la rápida debacle del apoyo de los partidos tradicionales a Gustavo Petro, es el hecho de las frecuentes peleas entre los miembros del mismo Pacto Histórico, la desunión, la desidia, las discordias y las rencillas que protagonizan de manera reiterativa los congresistas de la bancada del gobierno.
Esto llevó en días pasados a que Nicolás Petro, el hijo mayor de Gustavo, el exguerrillero y hoy presidente comunista de Colombia, hiciera un llamado de atención a los integrantes del Pacto Histórico en días pasados.
«Mientras la bancada del Pacto Histórico se despedaza en peleas internas por egos y afán de protagonismo, los partidos tradicionales se unen y se fortalecen. A dejar la pelea y a concentrarse en lo importante: cambiar a Colombia», trinó el también diputado del Atlántico, Nicolás Petro.
Asimismo, Armando Benedetti, embajador designado por Petro en Venezuela, reaccionó afirmando que «Cambio Radical, Partido Conservador, Partido Liberal y Partido de la U han hecho una declaratoria sin el Pacto Histórico. Lo que significa que son coalición del Congreso y no del Gobierno».
¿Cómo logrará Gustavo Petro sostener de manera fiel a los partidos que han anunciado su respaldo para sacar adelante las pretensiones que tiene como presidente de Colombia? ¿Cuánto durará ese «matrimonio»?
