Por: Carlos Andrés Echavarría Blandón
Cada vez se acerca más el día en el que se definen los candidatos que aspiran a ocupar la silla de Daniel Quintero como alcalde de Medellín. Aunque unos no han saltado al ruedo y otros no pueden empezar formalmente a hacer campaña por no estar dentro de los tiempos en los cuales es permitido por el Consejo Nacional Electoral, aquí en Contexto se analizará la situación con los más opcionados en el distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Medellín siempre fue considerada como una ciudad de tendencia Conservadora gracias a que los primeros alcaldes electos por elección popular fueron principalmente de esa línea dentro del espectro político. Desde 1988 hasta 2001, con excepción de un par de años, todos los alcaldes eran Conservadores. A partir de ese momento la ciudad no ha vuelto a elegir a un gobernante del partido creado por Mariano Ospina y José Eusebio Caro.
Desde hace 20 años las elecciones han dejado claro que lo medellinenses dejaron a un lado el voto fiel de partido y pasó a ser un voto de opinión donde es más importante la persona que la ideología. El último candidato que ocupó la primera magistratura del distrito que aspiró avalado por un partido político tradicional fue Aníbal Gaviria en el año 2011, quien aspiró por el partido Liberal, por lo tanto, los candidatos actuales están huyendo de los partidos políticos tradicionales y aspiran como independientes.
Esa es la razón por la cual hoy no existe un candidato por el Partido Liberal o Conservador que tenga la más mínima opción de llegar al piso 12 de la Alpujarra.
Otros partidos que se están labrando un espacio en el juego político del país como lo son: El Polo, La U, Cambio Radical o Los Verdes, tampoco tienen fichas fuertes y son completamente irrelevantes. Un caso especial es el Centro Democrático, quien bajo la tutela del expresidente Álvaro Uribe Vélez, nunca ha podido nombrar alcalde a uno de sus discípulos y es por ello que a la fecha de este artículo no tiene candidato para la Alcaldía a pesar de que en los últimos días se ofrece Alfredo Ramos para ser su candidato, aunque no tiene la más mínima posibilidad de llegar a derrotar a los demás aspirantes que se tienen el día de hoy. Si hace 4 años era un muy mal candidato y perdió a pesar de no tener rivales de peso, hoy su situación no lo llevaría siquiera al Concejo por terminar de segundo en la votación.
Cabe resaltar que Alfredo Ramos ha sido de los pocos concejales que ha tratado de hacerle un control político al alcalde Quintero y eso le valió una prisión permanente para su padre Luis Alfredo Ramos. Así actúan los regímenes totalitarios, con una dictadura judicial; como Alfredo es un hombre limpio, lo quisieron callar por medio de enjuiciar a su padre y eso le resta aún más posibilidades de llegar al cargo de alcalde de Medellín.
Dentro de los candidatos independientes se tiene con diferentes ideologías, unos se autodeterminan de derecha y otros de izquierda. Como nota del autor del artículo, TODOS los candidatos son de izquierda en diferentes grados de radicalidad, unos más suaves que otros, por lo que la alcaldía se está disputando entre candidatos de izquierda moderada (socialdemócratas) y candidatos de izquierda radical, muy próxima al socialismo del presidente Gustavo Petro.
Dentro de los candidatos de derecha el más opcionado y favorito indiscutible para ser el próximo alcalde de Medellín es Federico Gutiérrez, quien hace poco fue candidato a la presidencia de la República y quedó en un tercer lugar, razón por la cual no llegó a la segunda vuelta. A continuación, se mencionarán unos problemas que tiene que resolver el candidato si desea aspirar a la alcaldía:
Odios y amores con el partido político del Centro Democrático. Cuando le conviene es Uribista y cuando no le conviene se aparta. Fue precisamente ese alejamiento y el mal trato que le dio al Centro Democrático durante la elección a la presidencia que lo privó de llegar a una segunda vuelta presidencial y muy posiblemente de ser presidente el día de hoy.
Seducir nuevamente a las personas que traicionó hace 4 años en la ciudad de Medellín, debido a que es conocido por todos, qué gracias a su ego y a su vanidad, a la ciudad llegó como alcalde Daniel Quintero. Cabe recordar que al candidato que él impuso para ser su sucesor dividió a la derecha y le quitó los votos al candidato del Centro Democrático, Alfredo Ramos, que lo hubiera llevado al piso 12.
El ala de los Paolos del Centro Democrático en Medellín fue altamente responsable de la debacle del partido hace 4 años, porque influenciaron en la decisión de Fico para sacar candidato propio. Si piensa recibir apoyo de los Paolos, puede generar roces en el Centro Democrático que impidan que ese partido lo apoye en coaval y vuelva a dividir los votos de la derecha.
Si se lanza para la Alcaldía de Medellín sería un retroceso político muy grande, debido a que pasó a ser el tercer candidato más votado para la presidencia y referente político nacional a ser un candidato regional. En caso de ganar, no podría aspirar para la presidencia en el 2026, aplazando su aspiración hasta el año 2030.
La llegada de Quintero a Medellín, no se debió solo por la división de los votos de la derecha, no, llegó porque su Alcaldía para gran parte de la población fue mala y se quería un cambio, por ello, más de 300.000 medellinenses votaron por un cambio a la administración de Fico. Caso muy diferente es Alex Char en Barranquilla, quien no solo nombró a su sucesor, sino que hoy tiene más del 80% de personas que dicen que volverían a votar por él para ser alcalde de la ciudad.
Ese último punto debe ser el que más pensativo tiene a Gutiérrez, ya que no es seguro que gane con ese lánguido 26.5% que presentó la más reciente intención de voto presentada en los medios de comunicación. Después de ser candidato a la presidencia y haber pasado por la Alcaldía de Medellín hace solo 4 años, en caso de perder, moriría completamente cualquier aspiración en el futuro y se tendría que jubilar como candidato al poder ejecutivo nacional.
Cambiando radicalmente de ideología, se mira la situación de los candidatos del alcalde Daniel Quintero, o sea, la izquierda radical que es una forma delicada de tratar a los candidatos que anhelan instaurar el socialismo en el país y afianzarlo en la ciudad.
Medellín no ha tenido en su historia a un alcalde con más bajo nivel de favorabilidad que Daniel Quintero. Esa situación es terrible para un líder que quiere trascender como una figura relevante de país y que se considera el sucesor del presidente Petro en el año 2026.
Por esa razón la Alcaldía está destinando muchísimos recursos para limpiar la imagen del alcalde a punta de contratación directa para: arreglar las vías, recoger las basuras, arreglar las instituciones educativas, etc. A punta de chequera está creando una base electoral por medio de “favores” que se obligan a asistir a los eventos de los candidatos del alcalde y que tienen que llevar muy seguramente votos a las urnas en octubre
El alcalde solo tiene dos candidatos con opciones que son: Juan Carlos Upegui y Albert Corredor, los demás no existen. Aunque su porcentaje de intención de voto combinada solo suma un 6%, no se puede desconocer qué a la hora de votar, muchas personas piensan con el estómago y es allí en donde los dineros que “ha invertido” la alcaldía en subsidiar jóvenes, en contratos directos o en promesas de puestos, puede permitir que uno de ellos llegue al poder. Lo que sería desastroso para la ciudad, porque ninguno de los dos tiene la capacidad intelectual para ocupar un cargo como la alcaldía de Medellín. Como prueba, simplemente miren sus publicaciones en Twitter, son patéticas, simplonas y sin contenido, digno de dos muchachitos que juegan a querer ser alcalde.
Las candidaturas tanto de Upegui como la de Corredor han sido bastante cuestionadas por los mismos temas económicos; en diciembre repartieron sancochos y marranos, en enero repartieron kits escolares, en marzo manifestaciones con tarimas y, ¿de dónde sacan la plata? Corredor se lanzó por firmas y tiene pasacalles y publicidad por toda la ciudad; Upegui va por aval de partido y no le importa hacerse campaña en todas las redes sociales. Sería bueno que el CNE investigara los recursos que están invirtiendo ambos candidatos, aunque al final todos saben que van a presentar los libros contables de campaña en donde “demuestren” que no se pasaron los topes.
El centro no es ni lo uno ni lo otro, el centro no es nada, el centro no tiene posturas claras, el centro solo tiene un ansia de tratar de quedar bien con los dos lados del espectro político de pensamiento. Siempre que se quiere agradar a todos, se termina disgustando a la mayoría por su falta de decisión a la hora de plantear posturas. Ese es el caso del candidato más opcionado para representar esa corriente política, Rodolfo Correa, quién por las peleas de los extremos, puede meterse por el medio (centro) y ganarse una alcaldía por pura suerte.
El problema de Rodolfo es que muchos a la fecha lo consideran como la carta oculta del alcalde Quintero a la alcaldía y que simplemente utiliza idiotas como Upegui y Corredor para que todos los insulten y los maltraten, mientras tanto, Correa con su “nadadito de perro”, se va metiendo como una opción viable en contra de Gutiérrez.
La relación de Rodolfo con la alcaldía de Quintero es innegable; su esposa trabaja para la alcaldía y es muy cercana a uno de los alfiles del alcalde, Gabriel Jaime Rico. Además, Correa trabajó como secretario de Productividad y Competitividad en la gobernación de Luis Pérez, quien es muy, pero muy, afín a Quintero. Otra perla, Correa fue el secretario de Agricultura en la gobernación de Aníbal Gaviria un discípulo de César Gaviria Trujillo, quien a su vez es un supuesto jefe político de Daniel Quintero, gracias a las múltiples visitas que el alcalde de Medellín ha realizado a la casa de César en Bogotá para solicitar asesoría.
Con todo ese mapa, es muy probable que Rodolfo Correa, quien se presenta como independiente, sea el candidato que más compromisos tiene con las mayores castas políticas del departamento. Eso sin contar qué en todos sus discursos, de muy poca profundidad, sin planteamientos relevantes, se observa un tinte muy de izquierda moderada.
Para terminar con la presentación, se tienen claras varias cosas: Fico, si se lanza, seguramente será el alcalde de Medellín, aunque no le será fácil y queda una pequeña posibilidad de que pierda por su mal paso en la Alcaldía o por un escándalo que le tengan guardado como bomba de profundidad. Si Fico no se lanza, muy posiblemente será el alcalde Rodolfo Correa, un posible quinterista escondido, qué a la hora de asumir el cargo mostrará su realidad.
Para los demás 30 aspirantes a la Alcaldía de Medellín, una muy mala noticia, no tienen la más mínima posibilidad si siguen haciendo las cosas como hasta el día de hoy. Mejor cuiden su plática y no la boten en empresas imposibles. Si quieren hacer algo para la ciudad, hagan una gran coalición, no con Fico, entre ellos y escojan al mejor, al que más puntúa en las encuestas o al que menos resistencia tenga el ciudadano del común o al que mejor plan de gobierno sustente. Tienen que dejar claro que esa alternativa está a favor de la ciudad y métanla toda con muchos recursos económicos para que ese candidato sea visible, que los ciudadanos vean en él o ella, un cambio digno basado en los valores que hicieron grande a la cultura paisa. Así se tendrá un plan B, en caso de que Fico no salga o que tenga un gran problema. Pero entre más se demoren las cosas se podrán más cuesta arriba, la unión debe de hacerse ya.
Para que la derecha no pierda nuevamente la ciudad se tiene que unir. Primer paso, urgente que todos los independientes que no marcan se unan y elijan a uno de ellos y lo financien. Segundo paso, en septiembre que se unan todos los candidatos que van en contra de Quintero en uno solo para enfrentar la elección de octubre. De no ser así, la ciudad caerá nuevamente en manos de un quinterista reconocido o un quinterista en el closet.
La decisión es suya.
