El gobierno de Estados Unidos, a través del secretario de Estado Antony Blinken, anunció este viernes la prohibición de entrada al país del general retirado Mario Montoya Uribe, excomandante del Ejército colombiano.
Montoya, señalado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) como responsable de al menos 130 ejecuciones extrajudiciales conocidas como “falsos positivos”, es acusado de participar en graves violaciones a los derechos humanos.
“Existen pruebas creíbles de que, durante su mandato, Montoya Uribe estuvo involucrado en ejecuciones extrajudiciales de civiles, que fueron reportadas falsamente como bajas en combate en el marco del conflicto armado colombiano”, declaró Blinken en un comunicado oficial.
La sanción impuesta por la administración de Joe Biden también se extiende a los familiares directos del general retirado, quienes tampoco podrán ingresar a territorio estadounidense. Según el comunicado, la medida subraya el compromiso del gobierno norteamericano con la justicia y el apoyo a las víctimas del conflicto armado en Colombia.
EE. UU. refuerza su respaldo al proceso de paz
Antony Blinken destacó el apoyo de Estados Unidos al Acuerdo de Paz firmado en 2016 y reconoció el esfuerzo de la JEP en su lucha contra la impunidad. “Nos sumamos al pueblo colombiano para conmemorar el octavo aniversario del Acuerdo de Paz este noviembre”, expresó el jefe de la diplomacia estadounidense.
La JEP acusó el año pasado a Montoya y otros ocho militares de ejecutar una estrategia sistemática para inflar las cifras de bajas en combate, lo que llevó al asesinato de jóvenes inocentes presentados como guerrilleros caídos. Estas prácticas, ampliamente documentadas, dejaron profundas heridas en las comunidades afectadas y marcaron uno de los capítulos más oscuros del conflicto armado en Colombia.
La señal de Washington
Con esta decisión, el gobierno de Biden envía un mensaje contundente sobre su posición frente a las violaciones de derechos humanos. La exclusión de Montoya y su familia del territorio estadounidense refuerza el llamado internacional a que se garantice justicia para las víctimas y sus familias.
La medida también coincide con el respaldo de Estados Unidos a los esfuerzos de Colombia por alcanzar una paz duradera que reconozca y repare los daños sufridos por las víctimas. En este contexto, la figura de Montoya simboliza los desafíos pendientes en la lucha contra la impunidad en el país.