El calendario de Adviento es una tradición utilizada por familias y comunidades cristianas para marcar los días previos a la Navidad.
Surgió en Alemania en el siglo XIX, cuando se acostumbraba a realizar conteos diarios con marcas de tiza o encender velas durante las semanas anteriores a la celebración. A comienzos del siglo XX aparecieron los primeros calendarios impresos y, con el tiempo, estos incorporaron ventanas que contenían imágenes, mensajes y pequeñas sorpresas, algo que han aprovechado las marcas para sorprender a sus clientes.
Desde aproximadamente 1950 se popularizó la inclusión de dulces, lo que facilitó su expansión por Europa, Estados Unidos y otros países.
Estas estructuras suelen dividirse en 24 espacios correspondientes a los días del 1 al 24 de diciembre. Cada casilla se abre diariamente y contiene un objeto, una lectura breve o un gesto simbólico destinado a acompañar la preparación para la celebración navideña. Su uso se ha extendido tanto en comercios, hogares, instituciones educativas y religiosas, convirtiéndose en una herramienta práctica para orientar actividades familiares durante el mes de diciembre.
Cabe destacar que el inicio del Adviento 2025 se dio este domingo 30 de noviembre, fecha que marca el comienzo del nuevo año litúrgico en la Iglesia católica. Este periodo comprende cuatro semanas previas al 25 de diciembre y combina prácticas de oración, lectura y encuentros comunitarios.
El término proviene de adventus, que alude a la venida de Jesús, y se desarrolla en dos momentos: las primeras dos semanas orientadas a la reflexión sobre la segunda venida de Cristo y las últimas dos centradas en la preparación para el nacimiento en Belén.
Para celebrar el adviento, los más cercanos a la iglesia, usan durante este tiempo la corona de Adviento, integrada por cuatro velas encendidas de manera progresiva cada domingo. La primera vela es de color morado, tono que caracteriza también los ornamentos litúrgicos del periodo. El encendido se acompaña de una oración familiar que inicia con la señal de la cruz y una lectura que invita a la vigilancia espiritual.
Con estas prácticas, el Adviento se convierte en un periodo de unión familiar y comunitaria, en el que se combinan tradiciones históricas como el calendario y la corona con actividades cotidianas destinadas a preparar la celebración del 25 de diciembre.









