Durante un panel dedicado a analizar el papel del Congreso en 2026 y su relación con el nuevo gobierno, el presidente del Senado, Lidio García, expuso las tensiones que marcaron la interacción entre el Legislativo y el Ejecutivo en el periodo actual y señaló los retos que enfrentará el país en el próximo semestre, cuando coinciden la renovación del Congreso y el avance del proceso electoral presidencial.
García afirmó que la comunicación entre el Senado y el Gobierno fue limitada. Señaló que la Corporación operó como un escenario de control frente a iniciativas que, según explicó, llegaron sin socialización previa y con documentos cerrados que no permitían participación de los congresistas en la construcción normativa.
En ese contexto, se refirió a proyectos como la reforma a la salud, que fue objeto de críticas por la ausencia de espacios de diálogo con actores del sector. El análisis estuvo centrado en lo que ocurrirá tras las elecciones legislativas de 2026.
La instalación del nuevo Congreso, prevista para el 16 de marzo, será determinante para decisiones pendientes que no avanzaron en los últimos tres años y medio. De acuerdo con García, existe preocupación sobre la posibilidad de que se intenten concluir reformas o iniciativas represadas antes del cierre del actual periodo.
En su intervención, también mencionó el efecto que tendrá la composición del próximo Congreso sobre la contienda presidencial. Explicó que las decisiones de los partidos en materia de consultas interpartidistas influirán en el mapa electoral. Afirmó que quienes participen en estas consultas trabajarán por el candidato que resulte escogido y señaló que la izquierda ya definió su aspirante, mientras que otros sectores cuentan con varias precandidaturas.
García se refirió además a los cambios abruptos que suelen presentarse en las tendencias electorales, recordando episodios de elecciones anteriores en los que aspirantes con bajos niveles de intención de voto en diciembre terminaron creciendo tras procesos internos de sus partidos. Según su análisis, este comportamiento podría repetirse en el ciclo electoral que se aproxima.
El panel también abordó las causas de la falta de articulación entre el Ejecutivo y el Legislativo en el actual periodo. Entre los factores mencionados se incluyeron la ausencia de espacios de diálogo, diferencias no gestionadas entre los poderes públicos y dificultades en la presentación de las iniciativas del Gobierno, lo que generó distancias que terminaron impactando la dinámica legislativa.
Frente al año que comienza, se resaltó que el Congreso entrará en una fase decisiva en la que tendrá que cerrar debates pendientes y, al mismo tiempo, servir de escenario para las definiciones políticas relacionadas con las elecciones del 31 de mayo. Según lo expuesto en el encuentro, el funcionamiento del Legislativo en estos meses será clave para entender el rumbo institucional del país en 2026.
