Desactivación de radares para que las aeronaves de los narcos no sean detectadas, venta de horas de vuelo a pilotos corruptos, coimas para otorgar licencias sin el lleno de requisitos y contrataciones cuestionables; son parte del nuevo escándalo que estalló en la Aerocivil, después de una denuncia de la revista Semana.
Ante estos hechos, el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, anunció que ya rodaron las primeras cabezas en la entidad: la secretaria general y el jefe Jurídico.
Sin embargo, según la revista Semana, las denuncias por narcotráfico, por ejemplo, comprometen a cerca de 100 directivos, contratistas, funcionarios regionales, controladores y hasta bomberos.
De hecho, según el medio, los controladores tenían la misión de apagar los radares o parquear las aeronaves en sitios previamente acordados, en donde se supone, cargaban los estupefacientes. Incluso, algunos utilizaban vehículos de la Aeronáutica para transportar cocaína hasta los hangares, evitando los controles de las autoridades.
De otro lado, el radar Carimagua, que brinda cobertura a los departamentos del Meta, Casanare, Arauca y Vichada, está fuera de servicio desde agosto, lo que es aprovechado por el narcotráfico para enviar grandes cargamentos de droga en varios aviones en línea.
Adicionalmente, Semana dio a conocer que la situación es crítica en los aeropuertos del norte de Colombia, pues son la principal base de operaciones del narcotráfico, especialmente los de Cartagena, Santa Marta y Riohacha. Allí, según las investigaciones, hay 16 funcionarios comprometidos con el apoyo al narco, no solo controladores y bomberos sino también personal administrativo.
Es bueno recordar que el gobierno Petro, a través del ministro de Defensa, retiró el servicio de policía de los aeropuertos de Riohacha y Santa Marta, incluidos en la lista de instalaciones críticas por las operaciones del narcotráfico, tal y como lo señaló IFMNOTICIAS.COM en su momento.
Finalmente en Bogotá, al menos nueve funcionarios estarían vinculados a la red de corrupción del narcotráfico, e incluso se estableció que participan funcionarios de la Policía Antinarcóticos y de bomberos de la Aerocivil.
Contratos sucios
En la investigación dada a conocer por Semana, se reveló un contrato de casi 300 millones de pesos para adquirir 23 sillas ergonómicas, cada una por un valor de 11 millones de pesos, destinadas a los encargados del Centro de Control y la Torre de Control en Bogotá.
Otro contrato que despierta sospechas es el del mejoramiento de los servicios aeroportuarios y de navegación del aeropuerto de Riohacha, firmado por más de 20 000 millones de pesos. Con sobrecostos del 940 % en el suministro e instalación de luces, resulta que lo que se contrató no se hizo y lo que se pagó para estudios y diseños, mil millones de pesos, no fue utilizado por el contratista.
Además, hay otros contratos para la adquisición de repuestos destinados a equipos que nunca funcionaron o que jamás fueron instalados.
Oficinas paralelas
Gracias a conversaciones y chats, Semana pudo establecer la existencia de oficinas alternas que ofrecen servicios y trámites en la Aerocivil, como la venta de licencias para pilotos por 10 millones de pesos.
De hecho, en la sede central de la Aerocivil, hay una oficina de trámites que facilita las diligencias que resultan imposibles de resolver en la entidad, incluso con la posibilidad de convertir a un conductor de camión en un piloto de avión.
Más corrupción
En oficinas regionales de la Aerocivil, como en el Valle del Cauca, hay más de 30 funcionarios fantasma que aparecen en la nómina de la entidad pero nadie los conoce, no tienen puesto y los cargos fueron creados al mismo tiempo que se hizo el nombramiento.
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