Creer en algo o alguien es poner toda la atención en lo que le presenta, la mayoría de las veces sin cuestionar, sin analizar los argumentos ni la realidad de lo que significa.
Desde el principio de la historia de la humanidad se fueron «formando» patrones que le facilitaban la comprensión del mundo en el que vivimos, sobretodo con lo que significa supervivencia.
Con la evolución del conocimiento, algunos «elementos» se fueron arraigando como «naturales, como los alfabetos, los números, las herramientas, la observación de la naturaleza para su aprovechamiento, además la conformación de las familias y la comunidad.
La relación de ALGO o ALGUIEN mucho más grande, que explica la incertidumbre ante los retos de la naturaleza, el clima, el agua, el aire, la tierra, los minerales, vegetales, animales y sobretodo los seres humanos. Y se fueron transmitiendo los conocimientos de generación en generación, lo que facilite la supervivencia y el desarrollo «diario» para cada ser que existe.
Y se empezaron a «formar» conocimientos diversos, es normal, cada comunidad tiene sus facilidades y dificultades, que son válidas para acumular las experiencias y la comprensión de su entorno.
Hoy en día tenemos una gran variedad de creencias, de todo tipo, desde religiosas, espirituales, filosóficas, mágicas, científicas, infernales, y desde políticas, hasta modas, desde lo que habla de amor, hasta lo que, a veces sutilmente, nos lleva al rencor.
Todos repetimos «frases» como «SER O NO SER», si no cree lo mismo que yo, no es mi amigo, los demás están equivocados. Mi creencia es la única real… Y LA INTELIGENCIA entra en suspenso… Sin aceptar ideas nuevas, que tengan argumentos válidos para mejorar, sanar y aliviar, las relaciones entre todos los seres vivos.
La investigación se limita ante las creencias, y algunos seres humanos se están aprovechando de la situación, porque encuentran que los creyentes tienen defectos personales y llevan dolor en vez de respeto , amor y compasión, por lo que están utilizando los defectos más comunes, tomando a las víctimas de la hipocresía, de los errores, para ir estableciendo «creencias» totalmente irreales, que van cambiando la naturaleza de todo lo que existe en el planeta tierra.
Es un reto muy grande para la humanidad. Están empezando por los más vulnerables, los niños, seres que llegan «nuevos» sin conocimientos, sin desarrollar todavía la inteligencia, para «sembrar una semilla distorsionada de lo que significa ser humano» y la humanidad dormida, creyendo en que tiene todo bajo control.
La investigación se basa ahora más en lo exterior que en el interior, porque las creencias cerraron todo lo que ES EL SER VIVO. Sólo en su creencia y su «comportamiento».
Todo lo que tenga que ver con el SER ESPIRITUAL es negado, sólo existe y ya. Lo que se acepta, incluso legalmente, es lo que tiene que ver con «afuera del ser». Alguien los va a «rescatar» ¿De qué? ¿De la convivencia en humanidad? ¿Del planeta tierra? ¿Dejar los errores aquí o transportarlos allá, dónde sea que vayan?
Están dentro de cada uno, creyendo que porque tiene creencia se va a salvar. El problema es de aquí, del planeta tierra y aquí lo podemos sanar. Somos seres «dotados» de inteligencia y la pusimos en pausa, precisamente porque nos encerramos en grupos aislados unos de otros, sin tener en cuenta que somos mucho más de lo que creemos que somos.
El error nos está desafiando a pensar, investigar, sin miedo a lo que encontremos dentro de nosotros mismos. Somos seres capaces de superar nuestras limitaciones, el universo nos muestra que no somos tan grandes ni tampoco los únicos.
La ciencia nos muestra que hay mucho más para descubrir de nosotros mismos, como seres vivos, como pertenecientes a sistemas que no hemos aceptado. Las evidencias las hemos minimizado por miedo a lo que pensamos que nos supera en nuestro conocimiento y que no lo podemos «manejar y darle dirección». El miedo es nuestro límite.
La inteligencia es nuestra oportunidad de salir del enclaustramiento en qué nos hemos encerrado.
La propuesta es sencilla: Seamos Hermanos.
Empecemos por aceptarnos entre todos, a buscar «puntos de referencia en común» para ampliar nuestra capacidad de SANAR todo lo que significa ser CREADOS Y SOSTENIDOS VIVOS, con o sin cuerpo físico.
Somos seres espirituales viviendo, por elección propia, una experiencia humana, que necesitamos comprender lo que significa, para poder realizar nuestra «misión en el planeta tierra».