Por Esteban Salazar Franco*
Tristeza, es la palabra que más describe el sentimiento que llevo en este momento. Lo que conozco como Estado Social de Derecho, hoy lo están infiltrando las personas alejadas de la democracia, de las normas y sobre todo, de ese contrato social que firmamos los colombianos al momento de nacer: la Constitución Política de Colombia de 1991.
Hoy quieren socavar cada una de las instituciones, minando la confianza de los ciudadanos desde el Gobierno Nacional hasta los municipales. Recojo las palabras de un profesor de primer semestre de derecho, “Colombia se convirtió en un país Leguleyo”.
Todos hemos sido testigos de cómo instituciones como la Registraduría Nacional del Estado Civil, han sido mancilladas en su “buen nombre” por la falta de control en las votaciones al congreso del 13 de marzo de 2022, con más de un millón de votos que aparecieron de la noche a la mañana y con los cuales solo se benefició un movimiento político: El Pacto Histórico, y no pasa nada.
El Registrador sigue en su cargo y con dudas en la ciudadanía para las elecciones presidenciales del 29 de mayo de 2022. El Consejo Nacional Electoral (CNE), donde nueve “Magistrados” coartan la voluntad popular de más de 300 mil personas que firmaron a favor de la Revocatoria del Alcalde de Medellín, por una certificación contable que, a base de leguleyadas, han intentado por todos los medios, frenarla a como de lugar.
Hoy está pasando algo delicado desde cualquier punto de vista desde donde se le mire. Quienes ostentan cargos públicos y tienen esa obligación legal de mantenerse al margen de las contiendas electorales, lo están haciendo sin sonrojarse ante la cámara, posan orgullosos defendiendo colores partidistas o ideológicos, en su mayoría de izquierda, porque saben que, las instituciones desprestigiadas, demorarán años en sancionarlos, si es que llegan a demostrar que sí violaron el mandato de la ley.
Un ejemplo claro de ello, es el alumno avanzado de Gustavo Petro en Colombia, el alcalde Daniel Quintero Calle, quien aun teniendo clara la prohibición que recae en él como funcionario público, lo hace descaradamente cada que así lo quiere hacer y los “Entes de Control” hacen las veces de espectadores, sin ni siquiera llamarle la atención.
Entes de control, por favor actúen contra estas vulneraciones a la ley colombiana y que irrumpen contra la igualdad de los candidatos, favoreciendo así con toda la maquinaria económica y de especie en la segunda ciudad mas importante de Colombia.
Para muestra de todo lo escrito, hemos visto como secretarios de confianza de Quintero, han renunciado a sus cargos para enlistarse en la campaña de Gustavo Petro y el Pacto Histórico, que de histórico solo tiene los antecedentes penales y disciplinarios que se han unido o brindado su apoyo en busca de un “Perdón Social”; que no es más que impunidad completa como se hizo con los miembros de las “extintas” FARC, donde sus máximos lideres hoy, ocupan curules en el Congreso sin haber pasado siquiera por el escrutinio electoral.
Tres secretarios que siguen dominando sus carteras por interpuesta persona, sin desconocer que Juan Pablo Ramírez a falta de una, maneja dos secretarías y quizás las más importantes en lo público: Secretaria de Participación y Secretaría de Inclusión Social. Presuntamente lo hacen con los dineros de estas dependencias.
Estos personajes siguen teniendo injerencia en Medellín y, por ahí derecho, en el apoyo que le están dando al Pacto Histórico, tan es así, que vemos en las comunas y territorios de la capital antioqueña, a los funcionarios de dichas dependencias, muchos de ellos a quienes obligados, les toca movilizar personas a favor de la campaña mencionada, so pena, de no perder empleos, sean burocráticos o los propios.
Uno de los casos es el del funcionario Ray Restrepo en la comuna 15, Dinamizador de Presupuesto Participativo y adscrito a la Secretaría de Participación y después de obtener el mal ejemplo de sus superiores, sin vergüenza alguna, interviene en política mientras ostenta un cargo como funcionario público en la Alcaldía de Medellín; como él mismo lo publica en sus redes sociales y sin sonrojarse pero con algo más delicado: con un discurso de honestidad e infringiendo la ley colombiana sin temor a ser sancionado.
En fin, sólo nos queda esperar que los “Entes de Control” actúen, mientras tanto de mi parte, encontrarán a un edil entregado a mi visión de País, pero sobre todo, a defender los principios antioqueños, inculcados por una familia conservadora, llena de valores y amor por la familia.
*Comunicador Social y Edil de la Comuna 15
