En los últimos años, y sobre todo en empresas, entidades estatales y centros comerciales, se ha ido poniendo de moda la instalación de paneles solares con el objetivo de disminuir el consumo del servicio de la red de energía y que es pagado a la empresa de servicios públicos correspondiente.
Esto ha permitido que muchos hogares comiencen a contemplar la posibilidad de adquirir y poner en funcionamiento este tipo de tecnologías, y más, teniendo en cuenta que el servicio más costos en los hogares colombianos es la energía eléctrica, sin el no se puede funcionar en la vida actual donde la tecnología es la que manda la parada.
Sin embargo este es un tema que tiene tanto de largo como de ancho y depende del experto que sea consultado se reciben opiniones o conceptos muy disimiles.
La ventaja actual es que la tecnología en este tipo de sistemas ha avanzado de manera notoria y los paneles solares actuales son cada vez más eficientes por lo que en menor área se produce una importante cantidad de energía.
Sin embargo, este tipo de paneles funciona únicamente durante el día y su eficiencia disminuye en días muy lluviosos o de alta nubosidad, adicional a esto, cada panel pierde un promedio de 20 a 30% de la energía que se supone que genera.
Para que el sistema sea eficiente y se pueda utilizar también en horas de la noche o cuando la nubosidad es demasiado alta se debe contar con un banco de batería, que tienen una vida útil de 5 años si son “baterías de ciclo profundo”, ya que permiten almacenar la energía que se produce en los paneles para se utilizada en las horas en las que éstos no son funcionales.
Estas complejidades conllevan a que un sistema estructurado de paneles solares donde se genere la totalidad del consumo de un hogar sea costoso y no todos los profesionales en la materia lo saben calcular y organizar de manera funcional.
Esto desestimula la instalación de energía fotovoltaica a pesar de que, en caso de no generar el 100% de la energía que se requiere si implica un ahorro y es la razón por la cual empresas y centros comerciales lo han implementado.
Otra de las limitantes, presente sobre todo en las grandes ciudades, es la cantidad de edificios de apartamentos, unidades haitaciones donde, por infraestructura, es imposible que los hogares se vean beneficiados de esta tecnología.
En caso de que la unidad residencial permita la instalación de paneles solares en las azoteas de los edificios, éstos generarán parte de la energía requerida por la unidad, lo que se puede ver reflejado en un ahorro en los costos de administración, pero los apartamentos como tal no podrán acceder a este sistema, viéndose obligados a permanecer conectados a la red actual para la utilización del 100% de la energía requerida.
En caso de que se pueda generar en el hogar la totalidad de la energía necesaria, el sobrante se puede regresar a la red aportando en la generación de energía en el país.
Los usuarios domésticos e industriales de energía pueden acceder a esta tecnología a través de las empresas de servicios públicos que han encontrado en la venta e instalación de estos sistemas un nuevo negocio.
Además de ofrecer todos los elementos que se requieren también ofrecen la financiar a mediano o largo plazo a través del recibo de este servicio público.
Una de las razones por las cuales, sobre todo en lugares apartados, en la ruralidad de Colombia, esta tecnología ha ido adquiriendo fuerza es por la posibilidad de tener energía eléctrica, por los menos durante el día en caso de no instalar el correspondiente banco de baterías, sin las intermitencias propias de algunas regiones del país.
También hay que tener en cuenta que, aunque es una producción de energía que disminuye la huella de carbono, los materiales que se utilizan para la fabricación de los elementos que componen un sistema de energía fotovoltaica no son propiamente ecológicos, ya que utilizan minerales y compuestos altamente contaminantes como son el litio, entre otros.
La energía fotovoltaica en Colombia podrá ayudar en las metas de cero carbono, así como en los índices de producción de energía pero no remplazará al actual sistema que alimenta hogares, empresas, y centros de entretenimiento.
