Querían medir fuerzas. Deseaban mostrar el respaldo que tiene el presidente del cambio. En las regiones, algunos pseudo líderes e incluso un alcalde, decidieron jugarse su «prestigio» para demostrar el arraigo popular de Petro.
La realidad fue bien distinta. En Bogotá, por ejemplo, había un mayor número de palomas que de simpatizantes. En Medellín, colapsaron el centro de la ciudad por unos pocos manifestantes, muchos de ellos uniformados con chalecos azul celeste.
Sin embargo, los testimonios de la prepotencia, de la desconexión con la ciudadanía, del desprestigio y de la revocatoria social, han quedado como muestra de que el cambio de Petro es en reversa, como se puede ver en el siguiente video:
