La zona turística del centro de Medellín, otrora zona de arte y cultura, está convertida en un abandonado espacio minado de habitantes de calle cuyas necesidades no son atendidas por los por los deficientes programas sociales de la Alcaldía de Medellín.
En los alrededores de la emblemática Plaza de Botero y Museo de Antioquia, reina la inseguridad, la basura, la suciedad, los malos olores, el vicio, la prostitución y la compleja situación de los habitantes de calle.
El panorama desolador, pasó de un espacio cargado de arte y belleza que todo turista buscaba visitar, a un paisaje propio de Ciudad Gótica, en la que el hampa es rey.
Pero esta zona, solo es una muestra del abandono que vive el Centro de Medellín, cuya gerencia no opera correctamente, mientras que sus funcionarios sí cobran su sueldo puntualmente.
Y es que estas escenas se repiten en los bajos del metro por toda la avenida Juan del Corral, en la Plaza de San Antonio, en el parquecito de la Veracruz, en el Parque de Berrío, en la zona de la Minorista y en general en todo el centro de la ciudad.
Los turistas ahora se alejan de la zona y el comercio no aguanta la inseguridad que trae la presencia de los indigentes. Pese a los llamados hechos, desde la Alcaldía no se toman medidas efectivas ni existe planes de recuperación del centro que muestren resultados.
