El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, se refirió nuevamente a la muerte de Jean Claude Bossard, ocurrida durante un intento de hurto en la localidad de Usaquén.
El mandatario reconoció que la administración tenía información anticipada sobre la situación de inseguridad en el sector y sobre la actividad de los responsables, lo que, según expuso, obliga a revisar los procedimientos y la capacidad de respuesta institucional.
Galán señaló que no pretende eludir responsabilidades y reiteró que había solicitado a las autoridades una verificación detallada de lo que estaba ocurriendo en la zona. Indicó que se habían recibido alertas previas relacionadas con la motocicleta utilizada por los delincuentes en robos recientes y que se había pedido un refuerzo de vigilancia. En su declaración sostuvo que, a pesar de esos reportes, la acción preventiva no fue suficiente y el crimen se produjo en medio de un intento de asalto.
El Alcalde afirmó que la ciudad enfrenta retos complejos en materia de seguridad y destacó que el número de uniformados disponibles es reducido para la demanda operativa. Explicó que Bogotá cuenta con aproximadamente 200 policías por cada 100.000 habitantes, cifra que considera insuficiente frente a la cantidad de eventos y requerimientos diarios. En ese sentido, insistió en la necesidad de fortalecer la presencia policial y mejorar los mecanismos de prevención.
Tras el asesinato, Galán publicó un mensaje en su cuenta de X en el que lamentó los hechos y pidió avanzar en acciones orientadas a evitar que situaciones de este tipo se repitan. Indicó que uno de los responsables murió durante la reacción policial y que otro fue aprehendido en el lugar. Este último, un menor de 16 años, cursa noveno grado y es oriundo de Bolívar. Las autoridades incautaron la motocicleta y un arma de fuego calibre 32, y establecieron que el grupo habría participado en varios asaltos previos con el mismo esquema operativo.
Los habitantes del sector de San Patricio señalaron que los delincuentes eran conocidos como “la banda de la moto naranja” y que habían sido identificados en al menos tres robos similares entre octubre y noviembre. Según testimonios, los ataques se producían siguiendo un patrón en el que interceptaban a sus víctimas y escapaban con apoyo de un tercer implicado que los esperaba en un vehículo.
La familia de Bossard, quien tenía 29 años y había llegado desde Barranquilla para celebrar su cumpleaños el próximo 5 de diciembre, recibió la noticia mientras las autoridades avanzaban en la investigación. En redes sociales circuló un video que el joven había grabado minutos antes del crimen, en el que comentaba su percepción sobre comportamientos cotidianos en el país.
La Policía Metropolitana informó que en días previos ya se habían registrado enfrentamientos con el mismo grupo y que existía atención prioritaria en esa zona de Usaquén. Las pesquisas continúan para determinar si hay más personas vinculadas a estos hechos y establecer responsabilidades adicionales en la cadena de robos denunciados por la comunidad.










