Por Elentir Vigo
Contando Estrellas, Madrid
El periodismo basura parece no respetar ni a los muertos, ni tan siquiera en un caso de cobarde asesinato como el sufrido ayer por un político conservador por un joven de origen somalí. En 2011 el terrorismo sí tenía religión: esto decían los medios que ahora nos la ocultan. Así intentaron tapar una agresión separatista a una mujer: su agresor ya ha sido condenado.
Ayer, durante un acto público en una iglesia metodista en Essex, Inglaterra, el diputado británico David Amess, miembro del Partido Conservador, fue asesinato a puñaladas por un joven de 25 años que, según el diario The Telegraph, es un británico de origen somalí. La Policía declaró el crimen como un acto terrorista, y no descarta posibles conexiones del autor del asesinato con el islamismo. El crimen ha provocado una profunda conmoción en el Reino Unido, con mensajes de pésame de políticos de distinto signo.
En España, la mayoría de los medios han ocultado el origen del asesino y han preferido centrarse en el perfil ideológico del asesinado, en algún caso llegando a unos extremos que provocan arcadas. En su página de Facebook, el diario progre barcelonés La Vanguardia publicó lo siguiente: “Amess estaba contra la igualdad de derechos de los trans, era partidario de la pena de muerte y estaba muy a la derecha en temas sociales”. En su cuenta de Twitter, ese periódico se extendió un poco más: “Era un conservador, euroescéptico, católico y antiabortista, contra los derechos lgbti”.
Esa vomitiva redacción, cargada de mala baba, ha sido criticada en ambas redes sociales, pero sobre todo en Twitter, donde ha recibido más de 2.700 contestaciones, abroncando al periódico por un texto que parece pensado para demonizar al asesinado por discrepar de los dogmas ideológicos de la izquierda. Curiosamente, si se echa un repaso a esa noticia de La Vanguardia, cualquier lector podrá observar que no ofrece ni un dato sobre el asesino.
Amess ha sido elogiado incluso por sus rivales políticos en el Reino Unido
El tratamiento a la víctima de ese crimen en su país ha sido muy distinto. The Telegraph lo cita como “pro-life” (provida) y como defensor del bienestar animal. Incluso el progresista The Guardian ha destacado su labor de defensa de los animales. Ayer, el primer ministro británico Boris Johnson recordaba las iniciativas de Amess para ayudar a los más débiles, por ejemplo, a las mujeres que padecen endometriosis, así como sus iniciativas contra la crueldad hacia los animales y para reducir la pobreza energética. El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, también dedicó elogios a Amess, incluso recordando que “su catolicismo fue central para su vida política y él era altamente respetado en todo el Parlamento, dentro de la iglesia y en la comunidad cristiana”.
Lo ocurrido ayer con La Vanguardia es un ejemplo más de hasta qué punto cierto periodismo de izquierdas se ha hundido en una ciénaga moral, en la que todo conservador debe ser caracterizado como una mala persona, ocultando cualquier aspecto de su forma de pensar que pueda estropear ese burdo intento de demonizarle ante la audiencia. Desde luego, no sé si David Amess estaba “muy a la derecha en temas sociales”, pero lo que ya ha quedado claro es que La Vanguardia está a la altura del barro en cuanto a ética periodística.
@ElentirVigo
